Investigadores de la Universidad de Arkansas están desarrollando una planta de tomate, lo suficientemente robusta, para que pueda vivir en el espacio. El objetivo es desarrollar plantas que sean resistentes a condiciones extremas, como sequía y enfermedades, al mismo tiempo que se mejoren sus valores nutricionales.
La planta de tomate genéticamente modificada que han obtenido tiene una elevada tolerancia a la sequía, un alto crecimiento de biomasa vegetativa y una elevada concentración de licopeno, que es un importante antioxidante, que puede prevenir el cáncer y otras enfermedades.
Los investigadores de la Universidad de Arkansas están ahora trabajando en tomates, pero lo importante es que están identificando mecanismos y genes que son responsables de otras características que pueden ser usados para otro tipo de cosechas más propias de las zonas con sequía. El proyecto es financiado por el Consorcio Espacial de Arkansas.
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