ASAJA-Sevilla presentará una reclamación ante el organismo de arbitraje publicitario y ante el Ministerio de Sanidad y Consumo para que se retire cuanto antes esta nociva campaña
La marca cuenta con una planta de fabricación en Huelva, levantada con las subvenciones procedentes de las ayudas al Desarrollo Rural que le dio la Consejería de Agricultura
Sevilla, 21 de enero de 2009.- Un insulto a la inteligencia, así es como debe calificarse el anuncio de zumos que desde hace un par de semanas se emite en varias cadenas de televisión sugiriendo que los zumos «recién exprimidos» Don Simón tienen más propiedades nutritivas que las naranjas frescas y además, incide en la comparación en un segundo spot, resultan más baratos que comprar los cítricos directamente en la frutería.

Se trata de una campaña engañosa que constituye una burla al consumidor en toda regla y un ataque a los productores de cítricos, por lo que desde ASAJA-Sevilla instamos a los agricultores y al resto de consumidores a boicotear esta marca evitando la compra de cualquier producto de la marca Don Simón y del grupo J. García Carrión.

Pese al mensaje deliberadamente ambiguo y confuso lanzado por esta industria, los zumos directos a los que se alude en los anuncios, como todos los demás, están sometidos a pasteurización para eliminar los posibles gérmenes, por lo que necesitan conservarse bajo refrigeración, por lo que al igual que en el resto de zumos refrigerados, el proceso térmico de pasteurización ha alterado sus cualidades nutritivas, cosa que no ocurre con las naranjas frescas que, independientemente de su fecha de recolección, conservan íntegramente estas cualidades.

El Grupo García Carrión ha recibido cuantiosas subvenciones de la Junta de Andalucía para poner en marcha la planta de transformación que tiene en la provincia de Huelva, cuyo coste final ha superado los 70 millones de euros, y que se ha financiado en parte con dinero del FEOGA-Orientación, por lo que desde ASAJA-Sevilla instamos a la Junta de Andalucía a que vigile la publicidad de esta empresa y sus prácticas de compra, puesto que utiliza el dinero público para arruinar a los propios productores, que están obligados a entregar su producción a esta y a otras empresas de transformación si quieren recibir las ayudas que Bruselas fija para los productores de cítricos.