La portavoz socialista en la Comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación y senadora por la Comunidad Autónoma de Andalucía, Fuensanta Coves, defenderá, en una próxima reunión de la citada Comisión, una moción en la que reclamará al Gobierno que aplique al sector de flores y plantas ornamentales el tipo de IVA reducido del 10% y no el tipo general del impuesto actual del 21%

Coves ha explicado que la subida del IVA del 8% al 21% ha sido un “estoque mortal” para la horticultura ornamental y ha añadido que este incremento de 13 puntos tendrá consecuencias muy graves para el sector y sus activos. En este punto, ha recordado que, en los países de nuestro entorno y principales productores y consumidores de flores y plantas, mantienen el tipo de IVA reducido. De esta forma, Bélgica y Holanda aplican un 6% y Alemania, un 7%.
La parlamentaria del PSOE ha subrayado la vulnerabilidad del sector y la falta de apoyos comunitarios y ha apuntado que la horticultura ornamental se extiende en España a lo largo de 6.800 hectáreas de las que el 75% corresponden a plantas ornamentales y el 25% a flor cortada y genera un valor de la producción en origen cercano a los 900 millones de euros.

Además, ha destacado que la importancia del sector queda también reflejada por su capacidad para generar mano de obra. Como ha indicado a continuación, el sector emplea a 50.000 personas en zonas con importantes problemas de desempleo y además esta mano de obra corresponde fundamentalmente a explotaciones familiares, de pequeña dimensión, centradas hacia este cultivo como actividad principal y cuya economía está condicionada por unos costes de producción elevados (invernaderos) y constantes cambios tecnológicos. En este sentido, ha señalado que las Comunidades Autónomas con una mayor producción son Andalucía, Valencia, Cataluña y Murcia

Fuensanta Coves también ha indicado que en los últimos años, el sector de las flores y plantas ha tenido que hacer frente a diferentes circunstancias adversas como el declive del sector de la jardinería, muy ligado a la actividad inmobiliaria y urbanística, la disminución del consumo doméstico de flores y plantas, incluso por parte de la administración, el incremento de importaciones de la UE a partir de terceros países, las dificultades específicas de algunas producciones por el uso y la comercialización de fitosanitarios.