Ayer se inició en París, la reunión del G-120, grupo al que se llama así, en semejanza al G-20, pero que está constituido por 120 organizaciones agrarias y campesinas de 80 países. Esta reunión que continuará celebrándose en el día de hoy, ha sido convocada por las organizaciones profesionales francesas FNSEA y JA.

Nicolás Sarkozy, como presidente del G-20 ha inaugurado la reunión. En su discurso, se ha mostrado especialmente duro contra la especulación de los mercados de las materias primas agrarias. Aunque muchos niegan que exista especulación, el presidente francés piensa que si la hay, y a las cifra se remite. Tan solo en la Bolsa de Chicago, cada año cambia de manos 46 veces la producción total de trigo de EEUU y 24 veces la producción total estadounidense de maíz.

Asimismo, Sarkozy ha incidido en que la solución se ha convertido en problema, ya que los mercados derivados se crearon para evitar las fluctuaciones de precio de los mercados físicos y ahora son los mercados derivados los que generan las fluctuaciones en el mercado físico.

Ante las acusaciones que algunos han formulado, de que Francia quiere demasiadas reglas en los mercados, Sarkozy ha defendido que regular un mercado no es para intervenir en los precios ni en la economía financiera sino para asegurarse que el proceso de formación de precios funciona bien y no hay abusos.

Sarkozy se pregunta que cómo es posible que se pueda comprar un elevado porcentaje de un mercado, por ejemplo, el 20% del mercado del cacao, el cual es muy importante en África, provocar pánico, que conduce a promover la especulación que permitirá que al cabo de pocas semanas se pueda revender la posición adquirida por un mucho más valor sin haber gastado un céntimo. El objetivo de Francia es que el G-20 adopte decisiones que permitan que los mercados de derivados de materias primas agrícolas sigan los imperativos transparencia, necesidad de la regulación y necesidad de supervisión.

Sarkozy ha señalado que Francia ha preparado un plan de acción para reducir la volatilidad de los precios agrícolas y para establecer los fundamentos de una agricultura productiva y sostenible, capaz de alimentar en 2050 a toda la población mundial. Dicho plan será discutido en el G-20 agrario de la próxima semana, que reunirá a los ministros de agricultura del grupo los días 22-23 de junio en París.

El presidente francés ha insistido en la importancia de que para que este plan sea completo, sólido y fiable, es imprescindible que los agricultores y ganaderos del mundo aporten su contribución, con el fin de mejorar las propuestas que se van a presentar en la cumbre del G-20 en Cannes el próximo otoño. Para Sarkozy hay lugar para todas las agriculturas del mundo, la americana, la europea, la africana (que tiene que desarrollarse) y la asiática y entre todos hay que imaginar el modelo agrario del siglo XXI.