Los agricultores de Castilla y León se muestran sorprendidos e indignados por las optimistas estimaciones de la consejera de Agricultura, Silvia Clemente, que prevé una cosecha de cereales con rendimientos similares a los de la pasada campaña.

Desde UPA consideramos todo un sarcasmo ofensivo hacia la inteligencia del sector productor que apunte tan alto, y muestre ese optimismo, cuando solo en superficie las hectáreas de cereal se han reducido esta campaña en torno a un 18 %.

Si a eso le añadimos la situación del campo en la mayoría de comarcas de nuestra comunidad autónoma, con un cereal muy tocado por las altísimas temperaturas del mes de mayo y la falta de precipitaciones en los últimos meses, el resultado final de la cosecha lamentablemente va a ser muchísimo peor de lo estimado por la consejera.
Estamos, así pues, ante similares previsiones a las realizadas el pasado año por parte de la máxima responsable de la Consejería de Agricultura, donde se atrevió a confirmar un valor de la cosecha de 1.860 millones de euros o precios para el cereal de 0,21 céntimos de euro. Y es que cerrada la campaña se ha demostrado lo absurdo de sus estimaciones, ya que la diferencia supuso en torno a 100.000 millones de las antiguas pesetas menos de ingresos reales para el sector productor.

En todo caso, y por decirlo de una manera muy suave, estamos ante una nueva tomadura de pelo que bajo nuestro punto de vista, tiene como único objetivo dar informaciones malintencionadas con el fin de confundir a la sociedad, y volver a maquillar unas cifras muy lejanas de la realidad.

UPA apela al sentido común y a la realidad de lo que muestra el campo, y en este sentido las parcelas de cereal están a la vista de todo el mundo y no se pueden maquillar ni con deseos ni con datos que resultan descabellados para los propios agricultores.

Nuestra organización apunta que previsiones tan disparatadas podrían responder, bien al desconocimiento de la realidad a pie de campo por parte de la consejera, o bien al erróneo asesoramiento de su equipo de confianza.
UPA considera que la realidad a día de hoy apunta en torno al 60 % de reducción de cosecha respecto al 2008. El hecho de que en las fases cruciales del cereal no haya habido temperaturas suaves y un alto nivel de precipitaciones, ha originado que la producción en todas las provincias sea infinitamente más baja respecto al 2008, y muy posiblemente estemos ante la segunda peor cosecha de los diez últimos años.