La creciente preocupación sobre el cambio climático y la seguridad alimentaria han intensificado el control sobre la industria de la alimentación animal, en particular porque el metano entérico representa el 45,4 % de las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la ganadería.1 Mientras los agricultores buscan vías para mejorar la sostenibilidad de la producción de leche, parte de las soluciones pueden encontrarse en el manejo del rebaño.
Nico Vreeburg, veterinario y responsable técnico para rumiantes en Lallemand Animal Nutrition, sugiere que centrarse en la salud animal aporta múltiples beneficios. «Tener vacas más sanas no solo es económicamente rentable, sino que también está demostrando ser una estrategia crucial para aquellos ganaderos que buscan reducir la huella de carbono de la producción lechera» afirma.
El vínculo entre longevidad y producción sostenible
«Longevidad» es una palabra clave para la sostenibilidad de las granjas lecheras. Según las investigaciones, la productividad de las vacas lecheras aumenta con cada ciclo de lactación hasta alcanzar su máximo alrededor de la quinta lactación (Tabla 1). Este aumento de la producción vitalicia se traduce en menos emisiones de metano por unidad de leche. Al invertir en la salud del rebaño para prolongar su vida productiva, los ganaderos pueden optimizar su impacto ambiental por litro de leche.
| Producción lechera por lactación | kg de leche | g de metano por kg de leche |
| Lactación 1 | 8.399 | 14,72 |
| Lactación 2 | 9.499 | 14,00 |
| Lactación 3 | 10.067 | 13,00 |
| Lactación 4 | 10.220 | 13,60 |
| Lactación 5 | 9.952 | 13,80 |
Tabla 1. Emisiones de metano por lactación (Van Laar et al., 2004, Van Straalen, 2006, CRV 2010)
«Duplicar las lactaciones de una vaca durante su vida de 2,5 a 5 reduce la reposición en el rebaño y, al mismo tiempo, aumenta la producción de leche, ya que las vacas más viejas generalmente producen más leche», explica Vreeburg. Señala granjas donde una longevidad excepcional dio lugar a tasas de reposición de sólo el 12-15% en ocho años, equivalente a seis o siete lactaciones por vaca. «Las medidas suelen centrarse en la producción diaria por vaca, pero la producción vitalicia es un indicador de sostenibilidad más significativo».
Aunque 50.000 kg se considera una producción sostenible, muchas granjas alcanzan entre 60.000 y 70.000 kg de manera constante al tiempo que reducen significativamente la huella de carbono de la leche. Durante los 23 meses que se tarda en criar una novilla y el período seco previo al parto, las vacas consumen alimento y emiten metano, pero no producen leche (Tabla 2). Minimizar estas fases improductivas puede ayudar a incrementar la producción total y, al mismo tiempo, reducir las emisiones por kilogramo de leche.
| Novillas en edad reproductiva en meses | Producción en la 1.ª lactación (kg) | Producción vitalicia (kg) |
| 21 | 8.888 | 21.330 |
| 22 | 10.075 | 31.230 |
| 23 | 10.363 | 38.345 |
| 24 | 11.298 | 36.154 |
| 25 | 10.026 | 32.085 |
| 26 | 9.332 | 21.465 |
| 27 | 9.504 | 19.960 |
Tabla 2. Producción de leche en relación con la edad del primer parto (Van Laar et al., 2004, Van
Straalen, 2006)
Sentar las bases: la gestión de la salud
Prolongar la longevidad de las vacas requiere una gestión integral de la salud que aborde los problemas antes de que obliguen al sacrificio prematuro. Con el criterio de su experiencia veterinaria, Vreeburg observó un énfasis excesivo en el tratamiento de los animales enfermos en lugar de en proteger su salud y prevenir las enfermedades. «Debe prestarse especial atención a reducir los riesgos para la salud mediante medidas preventivas», señala.
Este método de gestión de la salud comienza desde la base, con una cama de buena calidad y el fomento de los microorganismos beneficiosos en el entorno de los animales. Sin embargo, ni siquiera el entorno más saludable prolongará la vida del rebaño si las vacas no pueden reproducirse con éxito.
Los problemas reproductivos son una de las principales causas del sacrificio de las vacas, por lo que la gestión de la fertilidad es fundamental para prolongar la longevidad del rebaño. El momento crítico se sitúa en los primeros 100 días de lactación, período en el que el estado nutricional de una vaca puede determinar su futuro reproductivo. Al inicio de lactación, mantener una buena condición corporal se convierte en un delicado acto de equilibrismo.
«Los ganaderos saben que una vaca con ciclos regulares y una inseminación programada son el resultado de una correcta combinación de docenas de prácticas de manejo interrelacionadas», observa Vreeburg. «Cada una contribuye a la capacidad de la vaca para mantener una producción máxima de leche y la preparación reproductiva simultáneamente».
Maximizar la eficiencia alimentaria para una mayor sostenibilidad de la producción lechera
Aunque el éxito reproductivo mantiene a las vacas en el rebaño durante más tiempo, la base nutricional que favorece tanto la reproducción como el rendimiento general de las vacas gira en torno a la eficiencia alimentaria, sobre todo durante la difícil transición de la vaca seca al pico de lactación.
Las investigaciones han demostrado que las levaduras vivas específicas para el rumen pueden estabilizar la microbiota ruminal durante la drástica transición alimentaria entre las raciones suministradas a la vaca seca y las propias de la lactación.3 Estas levaduras especializadas fomentan el crecimiento de bacterias beneficiosas, ya que ayudan a regular el pH ruminal y, por lo tanto, contribuyen a reducir el riesgo de acidosis que suele provocar la interrupción de la ingesta de alimento durante las primeras fases de la lactación.
Los estudios realizados también han cuantificado estos beneficios, y han demostrado que la suplementación con levadura viva puede reducir la pérdida de peso corporal en hasta 30 kg durante los primeros 60 días de lactación, lo que representa el 5 % del peso corporal habitual de una vaca lechera de 600 kg. Este beneficio en el mantenimiento de la condición corporal se traduce en menos problemas de salud y un mejor rendimiento reproductivo, además de aumentar la eficiencia alimentaria hasta en un 7%, lo que permite que las vacas extraigan más energía de la misma ración.² Este efecto combinado genera un ciclo positivo en el que la buena salud del rumen fomenta un mejor rendimiento general de la vaca.
Imaginemos ser capaces de extraer el potencial oculto de cada kilogramo de alimento que consumen las vacas. Las implicaciones para la sostenibilidad son significativas: los ganaderos podrían mantener la producción de leche habitual y reducir el coste de la alimentación en hasta un 6% o, lo que es lo mismo, conseguir las mismas excelentes mejoras en la eficiencia convirtiendo el alimento existente en una mayor producción de leche.
«Si podemos ayudar a las vacas a extraer más energía de cada kilogramo de alimento, esto no solamente supone un ahorro, sino que también reduce el coste ambiental por litro de leche producida», explica Vreeburg. «Es un ejemplo perfecto de cómo la nutrición de precisión contribuye a los objetivos de longevidad y sostenibilidad».
Un forraje de calidad es fundamental para optimizar la producción de leche
Ni siquiera los suplementos nutricionales más avanzados pueden compensar la mala calidad del ensilado, dado que este es la base de unas raciones de alta calidad. Maximizar el uso de forrajes de producción propia es fundamental para una producción lechera rentable, y es un factor clave para producir leche de forma más eficiente.
La mejora de la calidad del ensilado empieza con un excelente manejo del silo y del cultivo, habilidades que muchos productores lácteos ya dominan. «Sin embargo, intentar acortar el proceso, por ejemplo, omitiendo el inoculante para ensilado, puede comprometer su calidad y menoscabar su propósito. Estas prácticas no solo dan lugar a unos a resultados nutricionales deficientes, sino que también afectan negativamente al rendimiento productivo y los objetivos de sostenibilidad de la explotación», advierte.
El uso de inoculantes para el forraje mejora la conservación y reduce el riesgo de calentamiento y deterioro en el silo, lo cual es fundamental para minimizar las pérdidas y evitar un ensilado de mala calidad que acabe afectando al rendimiento de las vacas. La utilización de unas prácticas de conservación uniformes mejoran la producción y prolongan la longevidad del rebaño, lo que, a su vez, contribuye directamente al logro de los objetivos de sostenibilidad de la granja.
El camino a seguir: integración para generar impacto
Al invertir en la optimización del rendimiento del rebaño mediante una nutrición y un manejo adecuados, los ganaderos pueden aumentar la proporción de vacas que permanecen productivas durante más tiempo y maximizar así el potencial de cada animal. La clave reside en comprender cómo cada decisión relativa a la gestión contribuye al objetivo final de prolongar la vida productiva del rebaño.
«Si nos centramos en mantener un rendimiento óptimo de las vacas, no solo pensamos en la producción de leche actual, sino que también estamos adaptando el manejo de nuestro rebaño a prácticas más sostenibles», afirma Vreeburg. «Cada día que una vaca sigue siendo productiva supone una victoria tanto para la economía de la explotación como para la huella de carbono de la leche».
El camino hacia una producción lechera más sostenible no exige cambios radicales, sino la aplicación disciplinada de estrategias demostradas que mantienen a las vacas sanas, productivas y en el rebaño durante más tiempo. En una industria sometida a un escrutinio ambiental cada vez más intenso, la solución puede ser algo tan sencillo como ayudar a cada vaca a alcanzar su máximo potencial productivo durante más tiempo.
Levadura Viva Específica: LEVUCELL SC: Levucell SC es una levadura probiótica específica para su uso en la alimentación de rumiantes y caballos, con objetivo de optimizar las funciones del rumen en rumiantes y las funciones del intestino grueso en caballos.
Bibliografía
1 Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. (2022). Modelo Global de Evaluación Ambiental de la Ganadería (GLEAM, por sus siglas en inglés), versión 3.0. División de producción y salud animal. https://www.fao.org/gleam/en
2 Bach A., A. López-García, O. González-Recio, G. Elcoso, F. Fàbregas, F. Chaucheyras-Durand, M. Castex. 2019. Changes in the rumen and colon microbiota and effects of live yeast dietary supplementation during the transition from the dry period to lactation of dairy cows. J. Dairy Sci., Vol. 102, Issue 7:6180-6198
3 Schwarz F. J. and T. Ettle. 2002. Effect of yeast culture (Saccharomyces cerevisiae, LEVUCELL SC CNCM I-1077) on performance of beef and dairy cattle. Proc. Soc. Nutr. Physiol. 11
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