La producción mundial de vino se estima en 232 millones de hectolitros (Mhl) en 2025, lo que supone un incremento del 3 % respecto a la cosecha de 2024, que fue históricamente baja. A pesar de esta recuperación parcial, el volumen global continúa un 7 % por debajo de la media de los últimos cinco años, según el informe World Wine Production Outlook 2025 publicado por la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).

El estudio, elaborado a partir de datos de 29 países que representan el 85 % de la producción mundial, destaca que el leve aumento refleja una mejora tanto en el hemisferio norte como en el sur, aunque las condiciones climáticas adversas siguen condicionando la evolución del sector.
Italia lidera la producción mundial, seguida de Francia y España
Italia mantiene su posición como primer productor mundial, con 47,3 Mhl, un aumento del 8 % respecto a 2024, impulsado por una climatología más favorable. Le siguen Francia, con 35,9 Mhl (–1 %), y España, con 29,4 Mhl (–6 %), que continúa afectada por la sequía y las altas temperaturas.
La producción en la Unión Europea se sitúa en torno a los 140 Mhl, un 2 % más que el año anterior, pero todavía un 8 % por debajo de la media quinquenal. Según la OIV, el 2025 podría convertirse en el segundo año con menor volumen registrado en el siglo XXI dentro del bloque comunitario.
Francia encadena así dos cosechas históricamente bajas, lastrado por la sequía y la reducción de superficie en regiones como Burdeos y Languedoc-Rosellón. España repite una de las vendimias más cortas de las últimas décadas, con menos de 30 Mhl por dos veces en 30 años (en 2023 y 2025).

Recuperación desigual fuera de Europa
En el resto del hemisferio norte, Estados Unidos —cuarto productor mundial— alcanzará 21,7 Mhl, lo que supone un 3 % más que en 2024, aunque sigue un 9 % por debajo de su media reciente. Rusia se mantiene estable con 5,1 Mhl, mientras que Georgia y Moldavia presentan ligeros descensos y aumentos, respectivamente.
En el hemisferio sur, la producción total se sitúa en 49 Mhl, un 7 % más que el año anterior. Australia recupera terreno con 11,6 Mhl (+11 %), convirtiéndose de nuevo en el mayor productor del hemisferio, mientras que Argentina (10,7 Mhl) mantiene volúmenes estables. Chile, en cambio, registra una caída del 10 %, acumulando cuatro años consecutivos de descenso debido a la escasez de agua y las olas de calor.
Sudáfrica alcanza 10,2 Mhl (+16 %), lo que representa una recuperación completa tras dos vendimias difíciles, y Brasil registra un fuerte repunte (+38 %) gracias a condiciones meteorológicas más favorables.
Un mercado global estable pese a la debilidad del consumo
El informe señala que, pese a las diferencias regionales, el mercado mundial del vino se mantiene equilibrado. El crecimiento limitado de la producción podría contribuir a estabilizar las existencias en un contexto marcado por la desaceleración del consumo en los mercados maduros y las incertidumbres en el comercio internacional.
La OIV subraya que la variabilidad climática se ha consolidado como el principal factor de riesgo para la viticultura global, y que los episodios de sequía, calor extremo y lluvias torrenciales se alternan de forma cada vez más imprevisible, afectando a la regularidad de las cosechas.
Los datos definitivos sobre la producción mundial de vino en 2025 serán publicados por la OIV en el segundo trimestre de 2026 en su informe anual State of the World Vine and Wine Sector.





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