El grupo Saint Louis Sucre ha puesto en marcha la campaña de remolacha azucarera 2025/26 en sus fábricas de Étrepagny (Eure) y Roye (Somme), que se prolongará unos 125 días. La empresa informa de un rendimiento inicial superior a la media de 2020-2024 gracias a una siembra temprana y a unas condiciones meteorológicas favorables en primavera y verano, lo que ha permitido un crecimiento satisfactorio de las remolachas con un alto contenido en azúcar.

La cantidad de raíces por hectárea y su peso hacen prever un rendimiento agrícola mejor que en campañas anteriores, si bien el amarillamiento viral ha reducido parcialmente la producción en algunas parcelas de Picardía y Normandía. No obstante, las condiciones de cosecha y el arranque de las refinerías de azúcar se consideran óptimas.

Para afrontar la campaña, el grupo ha reforzado sus equipos con la contratación de casi 140 trabajadores temporeros en Normandía y Picardía. Estos empleados recibieron formación a principios de septiembre y participan en programas de seguridad vial, talleres y sesiones de sensibilización, con el objetivo de alcanzar la meta de cero accidentes durante la campaña.

Modernización industrial y transporte sostenible

En el marco de su estrategia de descarbonización, Saint Louis Sucre ha puesto en marcha nuevos equipos en la fábrica de Étrepagny, como un mezclador-preparador de cosetas y una unidad de metanización de agua que producirá biogás para alimentar parte de las instalaciones. En Roye, el incremento de la capacidad de evaporación ha mejorado la fiabilidad de la producción, mientras que la compañía prepara la electrificación de sus fábricas para reducir la dependencia del gas natural fósil.

El grupo también se ha fijado como meta reducir en un 50 % el consumo de agua de perforación para 2027, en comparación con el periodo 2018-2022. En materia de transporte, la nueva conexión ferroviaria con Amberes permitirá trasladar 20.000 t de azúcar, sustituyendo más de 800 camiones y reduciendo las emisiones de CO₂. Además, alrededor del 40 % del transporte de azúcar a granel se realiza ya con biocombustibles a base de colza francesa, lo que implica una reducción del 60 % en gases de efecto invernadero y del 80 % en partículas finas frente al diésel convencional.