En mayo de 2023, la región de Emilia-Romaña, en el norte de Italia, sufrió el azote de unas fuertes tormentas que afectaron a unas 12.000 explotaciones agrícolas. Las autoridades italianas, desde la Ministra de Agricultura hasta la presidenta de Italia, visitaron la zona catastrófica y prometieron una compensación completa por los daños. Sin embargo, esta promesa no se ha cumplido porque la compensación no ha llegado.

De las 5.000 solicitudes de indemnización presentadas, el 80% fueron rechazadas por el Ministerio de Agricultura sin justificación alguna, según recoge el diario Il Fatto Quotidiano. Las reclamaciones admitidas están recibiendo una compensación es ridículamente baja y con un gran retraso.

Según el periódico, un agricultor que reclamó una indemnización de 30.000 euros por los daños sufridos por las inundaciones recibió en total 13,83 euros. Otro perjudicado tuvo «un poco más de suerte», ya que recibió 181 euros, aunque solicitó na indemnización de aproximadamente 50.000 euros. También hubo una finca que tuvo que conformarse con una ayuda estatal de 4 euros.