La fruta dulce cosechada de mayo a la primera quincena de julio en la Plana de Lleida ha sufrido pérdidas entre el 70% y el 100% de la producción por la sequía, que afecta a unas 10.000 hectáreas regadas por los canales de Urgell y Segarra-Garrigues, que han estado más de 60 días seguidos sin poder regar y, posteriormente, sólo han podido realizar riegos de apoyo, ha alertado Unió de Pagesos.
Los regantes del canal Catalunya-Aragón también se han visto afectados por graves restricciones en el riego, ya que con dotaciones de sólo 15 l/s/ha, en la zona del Baix Segre, los municipios de Massalcoreig, Seròs y Aitona han sufrido unas pérdidas de producción y de calibre comercial de los frutos que suponen pérdidas económicas en torno al 70% respecto a una campaña normal. Por lo que respecta a las producciones de fruta dulce que se recolectan más tarde tendrán unas pérdidas entre el 30% y el 40%.
Unió de Pagesos considera igualmente grave la situación que han vivido otras zonas de Cataluña, como el Camp de Tarragona, donde la sequía hidrológica ha afectado gravemente a la producción de fruta dulce, especialmente de cereza, en la zona regable de Guiamets, Margalef y Riudecanyes, y donde la carencia de agua, aparte de haber provocado pérdidas superiores al 60% de producción, ya ha dejado árboles muertos. En la zona del Alt Penedès, las variedades recolectadas antes de julio también han tenido unas pérdidas del 80% al 100% por sequía, y en las parcelas de fruta dulce en secano del Baix Llobregat han llegado al 90% de la producción.
Además de sequía, saturación de mercado
Si la sequía no ha sido suficiente, tampoco el mercado ha funcionado bien. El sector también ha vivido momentos de saturación del mercado, a finales de junio y principios de julio, por las malas decisiones de las empresas, y que saturaban la oferta de producto de aquí con producto de fuera. Unió de Pagesos recuerda que el precio debería compensar los costes y dejar un margen para los agricultores, y que el sector económico organizado también debería asumirlo y gestionarlo. El mundo cooperativo y las organizaciones de productores no deberían de permitir que determinadas decisiones recaigan siempre en contra las liquidaciones del socio.
Ayudas por sequía
En cuanto a las ayudas a la sequía para 2023, han sido, en fruta dulce, para retirar e incorporar en el suelo la fruta del árbol 5.746 euros/hectárea si aseguraban o 2.873 si no aseguraban la producción, o 2.961 €/ ha en cerezo para dejarlo en el árbol por falta de calibre comercial (1.480,5 €/ha si no tenían seguro, que en cereza es prácticamente todo el mundo). De 10.000 hectáreas afectadas sólo en la Plana de Lleida, las ayudas sólo han sido solicitadas para 178 hectáreas, insuficientes para el sector, como ya alertó el sindicato.
Debido a las restricciones en el riego, el sindicato trasladó al Departamento de Acción Climática de Cataluña que, dado que no habría ayuda directa por sequía, como habían propuesto, se aprovechara la vía que ya había abierto el Ministerio al justificar una ayuda de 275€/ha, basado en el incremento de costes por la guerra en Ucrania y por la que la Unión Europea había autorizado la movilización de 81 millones en España para los cultivos leñosos, de los que 11 fueron a la fruta dulce ya los cítricos en Cataluña. El sindicato pidió al Departamento que complementara esta ayuda en 550 €/ha más, el máximo permitido por el Ministerio a las comunidades que quisieran complementarlo, y que debía comunicarse antes del 20 de septiembre. El Departamento respondió el 15 de septiembre que pagaría 275 €/ha de ayuda, igualando así la aportación del Ministerio.
Unión de Pagesos entiende que ahora hay que velar por los agricultores que hayan podido perder los árboles. No es el caso de la fruta en Lleida, pero sí en la zona de Guiamets y Riudecanyes, en el Camp de Tarragona. También urge la mejora del Canal de Urgell, tanto en gestión como en modernización de los regadíos, pero de forma consensuada y con el máximo apoyo público permitido, ya que debe ser una acción de país y no sólo del sector agrario.
Unió de Pagesos también recuerda que el sector frutícola catalán ha sufrido reiteradas crisis de precios que el veto ruso del 2014 agravó durante varias campañas, además de las heladas en el 2022, que dejaron prácticamente sin fruta dulce amplias zonas de la Plana de Lleida .
En cuanto a las ayudas a las heladas de 2022, Acció Climàtica consiguió 40 millones de euros para destinar 2.340 euros/hectárea a fruta dulce asegurada y 1.170 euros/hectárea a fruta dulce no asegurada. De esos 40 millones sólo se acabaron pagando 18, y todo por incluir requisitos innecesarios. Teniendo en cuenta que estas ayudas eran para aguantar una campaña más, todavía quedan 200 expedientes pendientes por resolver y este año el campesinado ha sufrido el agravamiento de la sequía hidrológica. Por eso, el sindicato apuesta por una ayuda universal a la fruta dulce, ya que cuando se diseñan ayudas más dirigidas a los afectados directos la tramitación administrativa provoca una pérdida de recursos en el sector afectado, como es el caso de las heladas del 2022 o del Filomena en 2021.
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