Llevo años escuchando a muchísima gente maldecir por la Navidad. Que si son unas fiestas ñoñas y cursis, que si son unas fiestas excesivamente consumistas pensadas para atracarnos la cartera, que si llevamos un mes lleno de interminables comilonas, exceso tras exceso y en definitiva, unas fiestas donde la familia, que te toca y no se elige, con su omnipresencia te llega a asfixiar, que si en Nochevieja brota una camaradería y felicidad más falsas que las pesetas de chocolate, etc. y así, suma y sigue, toda una ristra de motivos para justificar por qué se aborrece la Navidad.

Este año, por el contrario, esos mismos que se mofaban y hacían gala de pasar olímpicamente de la Navidad, son los mismos que nos bombardean, por tierra, mar y aire, con lamentos, mensajes negativos y críticas por la falta, impuesta por Decreto-Ley, de todos aquellos ingredientes navideños que decían odiar. Al parecer, las críticas a la Navidad que vertían hasta ahora no eran más que un pose de modernismo, liberalismo familiar, aderezado con notas de anti-consumismo y pseudo-agnosticismo para camuflarse en lo que ellos tildaban de borreguil mayoría y así hacernos creer que ellos eran mejores personas por no dejarse adoctrinar por las fuerzas que nos manejan (la Iglesia, el Gobierno, el IBEX, …).
Hablando de poses, me ha llamado la atención la variable actitud del ministro, Luis Planas, que en una visita a la Comunidad Valenciana anunció que la aplicación de la nueva PAC en el Estado tendría un innegable acento mediterráneo al dispensar la atención hasta ahora negada a los subsectores productivos como la huerta, fruta, vid, etc. y que se tendría muy en cuenta la agricultura a tiempo parcial, así como un sencillo pero efectivo régimen de pequeños productores. La noticia, como no podía ser de otra forma, halagó los oídos de los allá presentes y de la gente de dicha zona que abarca tanto el arco mediterráneo como a otras amplias zonas del Estado, pero paralelamente, desató el pánico en otras zonas productivas centradas en el cereal y en la ganadería.
Don Luis, que político es un rato, captó la inquietud de estos sectores y raudo y veloz, preparó la maleta y se subió a tierras asturianas, con la excusa de visitar una cooperativa láctea y allí, abandonó el pose mediterráneo y con una de sus mejores sonrisas, muy digno él, adoptó el pose cantábrico que requería la ocasión y lanzó un mensaje, cómo no, sobre el enfoque cantábrico y ganadero de la nueva reforma. Donde dije huerta, fruta y vid digo vacas y montaña y así, tan ricamente, me vuelvo a la capital de reino más feliz que una perdiz tras decir al auditorio, sea el que sea, exactamente, lo que querían escuchar. Aconsejo, por otra parte, al responsable de su agenda que no le programe ninguna visita más, no vaya a ser que, con tanta pose, acabe con la cintura maltrecha.
La cuadratura del círculo debió ser una expresión que alguien inventó para situaciones como la que actualmente vive el sector primario de la piel del toro (con permiso de los animalistas) porque si, aun sabiendo que el monto total de fondos para la nueva PAC van a ser aproximadamente un 10% menos, decimos que vamos a dispensar un trato inmejorable al régimen de pequeños agricultores, a los agricultores a tiempo parcial, pluriactivos o mixtos como usted prefiera, a la agricultura profesional y familiar, a la empresarial que genera empleo a mansalva y si además de los actuales subsectores productivos como los cultivos extensivos en su más amplia dimensión y los subsectores ganaderos, salvo los granívoros, abrimos la puerta a la integración de la huerta, fruta, viña, dehesas, etc., como comprenderá, las oficinas comarcales agrarias se asemejarán más al camarote de los Hermanos Marx que a una oficina. Todos entran en el camarote y adquieren la condición de beneficiario de la PAC pero, por la contra, nadie o casi nadie, sale expulsado.
Pues bien, como le decía, la cuadratura del círculo es cómo satisfacer a todos sin enfadar a nadie, pero, como usted y yo sabemos, eso es, prácticamente, imposible y mucho me temo que el tiro de la escopeta nacional salga por la culata y así nos podemos encontrar que todos, sin excepción, queden insatisfechos y enfadados. Los primeros, porque las migajas que se podrán repartir no van a cumplir las expectativas creadas, tanto por uno mismo como por las autoridades gubernamentales, y en los segundos, enfadados, porque la rebaja de lo que hasta ahora percibía, por reducida que sea según el que aplica el tijeretazo, le va a dejar en carne viva puesto que en muchos sectores productivos el apoyo comunitario es vital para asegurar su viabilidad y porque sin ese apoyo, algunos subsectores, entran directamente en números rojos.
Como le decía, vaticino que la Oficina Comarcal Agraria (OCA) correspondiente, se transformará en el camarote de los Hermanos Marx donde entra todo Dios por su puerta prometiéndoselas muy felices, pero saldrá, por la ventana, defraudado y escaldado.
En fin, termino, como miembro de la mayoría borreguil y adoctrinadas por las fuerzas del lado oscuro, les deseo una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo y si piensan que ha sido un año horroroso, no se olviden de Murphy que decía aquello de “todo es susceptible de empeorar”.
Igualmente Xabier! que pases unas Felices Fiestas. Aprovecho para agradecerte tu articulo de cada lunes.
En Navarra por desgracia este año ya sea el Olentzero, Papa Noel o los Reyes Magos nos van a traer carbón (por no decir otra cosa).
Nuestro querido Gobierno de Navarra, no ha podido elegir peor momento, en plena pandemia actual para hacer una BRUTAL reforma fiscal queriendo eliminar el sistema de módulos a todos los autónomos. Un sistema sencillo para declarar el IRPF, que aunque muchos lo critican, no permite desgrabar ningún tipo de gasto corriente ni de amortizaciones.
Así es como nuestro Gobierno agradece el enorme esfuerzo hecho durante esta pandemia por autónomos de diversos sectores, agroalimentarios, transportistas, comercios, hostelería…
No es el momento ni el lugar para hacer una reforma fiscal.
Feliz Navidad a todos!
Tal como he comentado en otras entradas en este blog en referencia a que “Navarra quiere eliminar los módulos en el IRPF”
Ya era hora. Ba zen garaia!
Yy si desapareciera la declaración por módulos en todos los sectores mucho mejor, porque la “estimación directa” permite conocer la renta real de todos los ciudadanos (en este caso navarros) y tributar de acuerdo a la misma.
En cualquier caso, al hablar de cifra de negocio de ¡¡¡300.000 € de ingresos!!! ¿Podemos considerar que eso es una “pequeña explotación”?
Dicho de otra forma: Las organizaciones UAGN, AEHN, ANAPEH, ANET, y TRADISNA reconocen que con el sistema de módulos no cotizan lo que les correspondería por su nivel de renta real, es decir que pagan menos impuestos que el resto de ciudadanos navarros con un nivel de renta real similar.
Esto se llama INSOLIDARIDAD con el resto de ciudadanos navarros.
Está claro, hay que ir al sistema de “estimación directa” total, con contabilidad clara de ingresos y gastos, para que todos los ciudadanos (navarros en este caso) tributen por sus rentas reales.
Entonces conoceremos realmente cual es la renta real de estos profesionales (ingresos menos gastos) y no sólo “una estimación aproximada en base a negociaciones políticas”).
Todo es mejorable, puede que el límite para tributar a través del sistema de módulos debiera ser más bajo de 300.000 euros, pero para la mayoría de explotaciones agrarias y ganaderas este sistema es fácil de llevar, en base a las facturas de ventas, sin necesidades de llevar libros de IVA ni de hacer balances contables.
El sector agrario tiene una importancia estratégica y lo siento por otros gremios (transportes, hostelería, etc) pero merece una atención especial como garantes de la soberanía alimentaria de un país, cuidado del medio ambiente y evitando la despoblación de nuestro pueblos.
También quería recordar, que en otros países los autónomos no pagan cuotas de seguridad social, tributan por irpf y punto. No puede ser aquí que te obliguen a pagar 300 euros al mes aunque tengas un negocio que no da beneficios.
Como decía, no es el momento ni el lugar ahora con esta pandemia para hacer una reforma fiscal. Todo se puede negociar, pero no a las bravas.
En primer lugar, y solo por comentar, te recuerdo que cuando el año pasado se propuso rebajar el límite de los ingresos para tributar por módulos se produjo una «gran protesta» por parte de los «sindicatos agrarios».
En segundo lugar, y más importante, para saber si un negocio da o no beneficios (y cuántos) es preciso llevar una contabilidad, es preciso anotar y contabilizar los «ingresos» y los «gastos» (todos).
De esta forma conoceremos cual es la «renta real» (una «renta real» que -como no puede ser de otra forma- será acorde con el «nivel de vida») de estos agricultores y no solo «una estimación aproximada en base a negociaciones políticas».
Y después, cotizar y pagar los impuestos de acuerdo con este nivel de «renta real», al igual que lo hacen el resto de ciudadanos y contribuyentes (en este caso navarros).
Es decir, por el régimen general. Como todos.
En tercer lugar, la tributación por el sistema de «estimación directa» (ingresos – gastos) evitaría, disminuiría o haría aflorar una gran cantidad de la «economía sumergida» o «en negro» que se da en los sectores que tributan por «módulos».
Economía «en negro» que se evitaría en gran parte por el mero hecho de que los afectados deberían (y les convendría a la hora de tributar) anotar y contabilizar todos sus gastos, para lo que pedirán facturas a sus proveedores.
Y para finalizar, el hecho de que el sector agroalimentario tenga una «importancia estratégica» y sea «esencial» no les exime del pago de los impuestos que les corresponden en función de sus rentas reales.
De la misma forma que tampoco les exime de su contribución a otros sectores y profesiones que también son (o pueden considerarse) como «esenciales» o de «importancia estratégica» (¿para que hablar en esta «situación de pandemia» de los profesionales sanitarios, o de los de la educación que forman a las futuras generaciones, o de ….? y todos ellos contribuyen con sus impuestos (pagados en función de sus respectivas «rentas reales»)
Estimación aproximada por negociaciones políticas….
Renta real….
Economía en negro….
Régimen general como todos….
Trabajas en una gestora?
Porque a parte de ellos pocos más se beneficiarían de estas cosas. Tienes alguna prueba de esto que dices?
Porque te puedo decir y dar prueba de que como agricultor extremeño es literalmente imposible hacer algo en negro, o ilegal como dices. Y con esto no admito voluntad solo confirmó.
Crees que es necesario o que cambiaría mucho la situación si obligas a un agricultor de una explotación pequeña a una contabilidad compleja? Aunque se ahorre algo no creo q les guste.
Cualquier trabajador general ve una regulación en su salario que va en aumento constante. Crees que es el caso de los agricultores?
Tal como se publicaba hace unos días en Agrodigital: “Es de suponer que los Consejeros asistirán a esta reunión a defender que su Comunidad Autónoma reciba, al menos, el mismo presupuesto que recibía en la anterior PAC”. “El Ministro Planas iba con la misma premisa a las negociaciones con otros países de la UE”.
Y el Ministro, va haciendo «anuncios» en esta dirección en todas sus visitas a las CCAA.
El objetivo final es “que los que cobran mucho sigan cobrando mucho, y a los que cobran poco o nada, que les den”.
Es decir, ya está claro que se trampeará todo lo necesario, se falseará todo lo que haga falta y se montarán “diseños” artificiales con tal de que todo se quede como está.
“Que todo cambie, para que nada cambie”. Gatopardismo en estado puro.
La realidad es que ni el Ministerio ni los Departamentos de Desarrollo Rural (o sus equivalentes) de las CCAA tienen una POLITICA agraria (con análisis; con una visión global; con objetivos claros realistas, factibles -y no contradictorios- a los que encaminarse; con planes; con indicadores y medidores sobre si se avanza hacia los objetivos propuestos; etc.).
Por eso, para ellos, la PAC no es una «Política Agraria Común», sino solamente un instrumento o un medio para «REPARTIR DINEROS». Única y exclusivamente.
Por tanto, su objetivo es «prometer a todo el mundo y a cada uno mayores repartos de ayuda» para concluir que no se ha podido hacer otra cosa que «mantener el reparto actual».
Y … «a los demás, que les den!»