Un estudio francés piensa que si, que Europa podría prescindir de las importaciones de harina de soja, o al menos, reducirlas considerablemente en 2050. No obstante, tendrían que darse una serie de circunstancias: un aumento de los rendimientos en un 19% como media y que la población cambie de dieta, lo que permitiría reducir las necesidades comunitarias a 9 millones de toneladas de equivalente de proteína.
El estudio, realizado por el Instituto francés de Investigación Agraria (INRAE), apunta a que en 2050 habría que alimentar a 9.500 millones de personas en el mundo, lo que requeriría la producción de alimentos aumentara en un 47% en comparación con 2010, si la alimentación sigue igual que ahora y en un 38% si se producen cambios en la dieta.

En el caso de Europa, los principales productores de soja, Alemania y Polonia, podrían encontrarse en dos posibles escenarios en 2050: uno de bajos rendimientos, en los que producirían 4 Mt de harina de soja y otro de altos rendimientos, en el que llegarían a 44 Mt de harina de soja al año.
Suponiendo el escenario más favorable, Europa prescindiría de las importaciones de Brasil y Argentina, lo que preservaría 10 millones de hectáreas de superficie de las 47 millones de hectáreas que actualmente se dedican al cultivo de la soja. En este escenario ideal, Europa diversificaría en cultivos proteicos como soja, colza, girasol, arvejas proteicas y legumbres, promoviendo la reducción de importaciones.
Actualmente, Europa importa anualmente 18 Mt de harina de soja.
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