La azucarera alemana Südzucker anunció a mediados de febrero que cerraría dos fábricas en Fancia, concretamente las de Eppeville (Somme) y Cagny (Calvados) para la la campaña 2020-2021. Este cierre representa 36,000 ha de remolacha azucarera menos y por tanto, 500.000 toneladas de azúcar menos, casi el 10% de la producción francesa. Las fábricas que se quieren cerrar son de Sant Louis Sucre, que es propiedad de Südzucker. 

Las protestas ante este anuncio no se han hecho esperar. El pasado 1 de marzo, se congregaron cerca de 300 cultivadores además, de trabajadores de las fábricas y políticos, delante de la fábrica de Eppeville (Somme).

Denuncian que entre 2014 y 2016, Saint Louis Sucre recibió 8,8 millones de euros en subvenciones en virtud del CICE ( Crédito fiscal para la competitividad y el empleo). Este dinero no fue una donación a la industria alemana sino dinero de los contribuyentes franceses gastados para mantener el empleo y la competitividad en el territorio nacional. El eurodiputado Gilles Lebreton ha decidido plantear este problema públicamente en el Parlamento Europeo el 11 de marzo.

Se están barajando diversas opciones para evitar el cierre de la fábrica, por parte de los remolacheros. En Eppeville hay una destilería que procesa 200.000 Hl al año pero que podría aumentar su producción hasta 800.000 Hl para absorber la producción de la azucarera. En Calvados, los remolacheros estarían dispuestos a poner dinero para hacerse con la fábrica, no obstante,
Südzucker ha hablado de cerrar las fábricas pero no de venderlas, ya que esta opción significaría que la producción se mantiene cuando quizás su interés sea la reducción de la producción en Francia.