La producción agrícola mundial crece de manera constante para la mayoría de los productos básicos, con niveles récord en 2017 para la mayoría de los cereales, carnes, productos lácteos y pescado, mientras que los niveles de existencias de cereales han alcanzado máximos históricos, según un nuevo informe anual de la la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El estudio hace hincapié en que el comercio agrícola desempeña un papel importante en la promoción de la seguridad alimentaria, lo que subraya la necesidad de un entorno propicio de políticas comerciales.
El documento OCDE-FAO Perspectivas agrícolas 2018-2027 prevé un debilitamiento en el crecimiento de la demanda mundial de productos agrícolas y alimentos, mientras se esperan mejoras continuas de la productividad en el sector. Como resultado, se calcula que los precios de los principales productos agrícolas continúen bajos durante la próxima década.
El informe atribuye la desaceleración de la demanda a una ralentización del crecimiento de la demanda en las principales economías emergentes, al estancamiento del consumo per cápita de alimentos básicos y a un nuevo descenso en tasas de crecimiento demográfico a nivel mundial.
Perspectivas agrícolas prevé que la producción mundial de productos agrícolas y pesqueros crezca alrededor del 20 por ciento en la próxima década, pero con diferencias considerables entre las regiones.
Se espera un fuerte crecimiento en las regiones en desarrollo con un crecimiento demográfico más rápido, incluyendo África subsahariana, Asia meridional y oriental, y Medio Oriente y África del Norte. Por el contrario, se pronostica que el crecimiento de la producción sea mucho menor en los países desarrollados, en especial en Europa occidental.
Los expertos indican que el debilitamiento de la demanda mundial persistirá en la próxima década, socavado por el menor crecimiento demográfico, niveles estables de consumo per cápita de alimentos básicos y ralentización del incremento de la demanda de productos cárnicos, que a su vez frenará la demanda de cereales y harinas proteicas utilizadas como piensos.
Con un consumo y un crecimiento de la producción más lento, se prevé que el comercio agrícola y pesquero crezca aproximadamente a la mitad de la tasa de la década anterior. Se espera que aumenten las exportaciones netas de los países y regiones con grandes extensiones de tierras, en especial las Américas. Los países con un elevado crecimiento demográfico, en particular en Medio Oriente y África del Norte, África subsahariana y en Asia, verán por su parte un aumento en las importaciones netas.
Se prevé que la demanda de cereales y aceite vegetal para la producción de biocombustibles se mantenga sin cambios durante el período estudiado, en contraste con la última década, cuando la expansión de los biocombustibles generó más de 120 millones de toneladas de demanda adicional de cereales, sobre todo maíz.
Ya que es poco probable que las políticas existentes en los países desarrollados respalden a los biocombustibles, la mayor parte del crecimiento de la demanda provendrá de los países en desarrollo, que han introducido políticas que favorecen su uso. En particular, se espera que aumente la utilización de la caña de azúcar para la producción de biocombustibles.
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