El Tribunal Supremo de Canadá ha fallado a favor de Monsanto en el famoso litigio contra el agricultor Percy Schmeiser, acusado de sembrar ilegalmente variedades de colza protegidas por derechos de obtentor.

El Tribunal ha dictaminado que el agricultor sembró la variedad protegida a sabiendas descartando toda posibilidad de que la detección se debiera a polinización de campos vecinos, condenándosele a pagar una multa de 20.000dólares canadienses.

Percy Schmeiser es un agricultor canadiense al que en el año 1998 se le sorprendió in fraganti cultivando de forma clandestina una variedad protegida de colza por lo que fue denunciado por la empresa propietaria de los derechos (Monsanto), condenándosele a una multa por su delito.

El caso no hubiera tenido mayor trascendencia como uno más de pirateo de semillas, tan frecuente en el sector, si no fuera porque la variedad en cuestión era mejorada por métodos de ingeniería genética (OMG), atrayendo toda la atención de los grupos activistas y orquestándose al socaire del asunto una campaña mediática con gran fanfarria, en la que se trató de vender la supuesta perversidad de las empresas multinacionales semillistas en contra los derechos del agricultor de reproducir semillas, y además argumentando que este agricultor nada tenia que ver con el pirateo de semillas protegidas, sino que en realidad se trataba de una polinización de campos vecinos; el fenómeno que los grupos agroluditas llaman «contaminación» para dar un significado peyorativo a los OMG.

Este último argumento no se sostiene ni lo más mínimo porque lo que tenía el señor Schmeiser sembrado, según ha sido probado, era un campo de colza de la variedad OGM concreta con más de un 95% de pureza varietal, y no un campo con un ínfimo porcentaje de presencia adventicia, que era lo más que podría tener por la hipotética polinización de campos vecinos. Es decir, Schmeiser no estaba en contra del OMG que sembraba a sabiendas, sino de pagar a la empresa obtentora. En Canadá más del 40% de la colza que se siembra es de variedades OMG.

Sin embargo, los grupos ludistas encumbraron a Schmeiser como un líder, convirtiéndose, junto con personajes como José Bové y Vandana Shiva en un paladín antiglobalización, viajando por todo el mundo para hablar de la perversidad de las multinacionales de la biotecnología, y apelando las sucesivas resoluciones judiciales en su contra hasta llevar hasta el Tribunal Supremo, un caso que hubiera sido irrelevante de no haberse montado a su alrededor esta campaña mediática.