El Instituto de Tecnología de Denkendorf (Alemania), en cooperación con la universidad de Bonn y la empresa BASF, está tratando de desarrollar fibras textiles autolimpiables, imitando la microestructura que existe de forma natural en las hojas de loto.

El efecto de autolimpieza de las hojas de loto o “efecto loto” se descubrió en 1977 y está patentado por la Universidad de Bonn, y consiste en una superficie con una nanoestructura que la hace extremadamente hidrofóbica, haciendo el área de contacto de la suciedad sea muy pequeña, siendo fácilmente lavable por las gotas de agua, que no penetra en el tejido. Una prenda textil que se pueda hacer con fibra de estas características se lavaría simplemente con pasarla por el agua, con un gran ahorro económico y beneficios evidentes para el medio ambiente.

La aplicación real podría ser una realidad a corto plazo. El pasado mes de abril se presentaron ya tejidos con este efecto y se definieron los estándares que permitirán evitar el uso indebido del término “efecto loto” por parte de imitaciones de inferior calidad