La Agencia de Seguridad Alimentaria del Reino Unido (FSA) ha publicado los resultados de una investigación sobre las actitudes del consumidor en el etiquetado de organismos genéticamente modificados (MG) y el uso del etiquetado «libre de transgénicos». El objetivo de esta investigación es informar sobre los debates que se están llevando a cabo en Bruselas sobre este tema y asegurarse de que esta representada la opinión del público británico.

Según el estudio, el consumidor está poco concienciado con los actuales requisitos de etiquetado en relación con los organismos modificados genéticamente. Muestra más preferencia, aunque ligera, por un etiquetado que indique la presencia de MG, en lugar de un etiquetado que indique la ausencia de MG. Solo un 2% de los participantes mencionaron espontáneamente que buscaban información sobre el contenido de OMG cuando compraban un alimento por primera vez..

Una gran mayoría de participantes esperaban que si un producto estaba etiquetado como «libre de transgénicos» tendría que estar completamente libre del uso de transgénicos. También, una gran mayoría desconocía que en la alimentación animal se usaran materias primas MG. Al ser informados de ello, por lo general, consideraban que los productos ganaderos obtenidos con estos piensos, deberían mencionarlo en el etiquetado.

En la UE, si un alimento contiene o está compuesto de OGM o contiene ingredientes producidos a partir de OMG, debe de indicarlo en su etiqueta.
Para los productos a granel, esta información debe aparecer próxima al alimento, para indicar que se trata de un OMG.
Los productos tales como harina, aceites y jarabes de glucosa deben ser etiquetados como transgénicos si son de una fuente de MG.
Los productos fabricados con tecnología de modificación genética (queso elaborado con enzimas modificadas genéticamente, por ejemplo) no tienen que ser etiquetados.

Los productos tales como la carne, leche y huevos procedentes de animales alimentados con piensos MG no necesitan etiquetarse.

Algunos países de la UE han introducido sistemas para que los productos pueden ser etiquetados como «libres de transgénicos» o «sin MG”. Sin embargo, las reglas de estos programas toleran algunos materiales transgénicos (presencia accidental de trazas, uso de ciertos aditivos MG etc). La Comisión Europea está estudiando la posibilidad de armonizar los sistemas nacionales de toda Europa.