Según un estudio del Instituto de Investigación Agraria de Francia (INRA), millones de hectáreas agrícolas de la UE podrían reconvertirse en los próximos 30 años a un sistema agroforestal, asociando cultivos herbáceos con árboles plantados en baja densidad (50-100 árboles/Ha).

El mantenimiento mixto herbáceo-leñoso de las tierras de cultivo no es nada nuevo, ya que se practica desde hace años en agriculturas tradicionales, teniendo obvias ventajas medioambientales, particularmente en cuanto a la lucha contra la erosión. Las investigaciones actuales muestran que determinadas asociaciones pueden hacer que los árboles intercalados sean compatibles con la mecanización de los cultivos y que además tengan unas producciones rentables.

La intensificación de los cultivos hizo desaparecer los árboles de las parcelas agrícolas, debido a la competencia entre las dos especies y a las dificultades para la mecanización. Si embargo, investigaciones recientes muestran que la asociación de cultivos herbáceos-leñosos puede tener eficacia desde le punto de vista económico.

En un ejemplo de nogales o cerezos en asociación con cereales, hace falta un 30% más de superficie para la misma producción de cereal, un incremento menor que la superficie ocupada por los árboles, ya la parte herbácea de las parcelas agroforestales es más productiva.

En las parcelas agroforestales los árboles están en crecimiento libre entre sí debido a la baja densidad arbórea y deben ser podados regularmente para evitar un sombreado excesivo del cultivo. La tala de los árboles para su aprovechamiento forestal es entre 15 y 50 años. También se puede hacer asociaciones con árboles frutales que tienen un aprovechamiento por sus frutos, aparte de la madera.

La reglamentación francesa se adaptó en 2001 y 2002 para permitir a los agricultores la práctica de la asociación de cultivos agroforestales, y se han puesto en marcha numerosos proyectos en este sentido, incluyendo regiones de cultivo intensivo como el bassin parisien.