Los animales vacunados con inyectores sin aguja, que utilizan baja presión, tenían una inmunidad igual o superior a la de los animales vacunados con agujas. Además, los primeros experimentaban una enfermedad clínica más suave.
Esta es la principal conclusión de un estudio realizado por la Organización de Enfermedades Infecciosas y Vacunas de Canadá.
La vacunación con agujas tiene el inconveniente de que produce estrés en el animal, deja residuos, puede provocar lesiones en el lugar de la inyección y se pueden romper las agujas quedando dentro del animal. Por el contrario, las inyecciones sin aguja tienen las ventajas de que dispersan partículas minúsculas en la piel del animal y en otro tejidos incrementando la exposición de los glóbulos blancos y consiguiendo de este modo que se mejore la entrada de la vacuna. También se eliminan las heridas por la aguja, el inyector puede cargarse para múltiples pinchazos y los puntos de entrada son mínimos, con lo que se limita el daño a los tejidos.
En el estudio se tomaron lechones entre 6 y 9 semanas que se vacunaron con Pleurostar-APPâ, bien usando un inyector jet sin aguja o bien utilizando jeringuillas intramusculares (ocho lechones con cada una). Se tomaron muestras de sangre para cuantificar la reacción inmune.
A las diez semanas de edad, los grupos de lechones de cada tratamiento se pusieron en contacto con Actinobacillus pleuropneumoniae via aerosol, durante 10 minutos, en una cámara de plexiglass cerrada. Todos los cerdos vacunados mostraron un incremento del nivel de anticuerpos de cuatro veces más. La cantidad de vacuna que permanece en la superficie de la piel después de la vacunación fue casi 60 veces mayor en los que se les aplicó el inyector.
Política de comentarios:
Tenemos tolerancia cero con el spam y con los comportamientos inapropiados. Agrodigital se reserva el derecho de eliminar sin previo aviso aquellos comentarios que no cumplan las normas que rigen esta sección.