La administración holandesa pondrán mañana en marcha el programa de vacunación voluntaria contra la gripe aviar, tras posponerlo una semana. La vacunación tendrá carácter voluntario y podrán aplicarla las explotaciones de autoconsumo (se estima que hay entre 1 a 3 millones) y las de ponedoras de cría al aire (unos 5 millones de aves), como alternativa al confinamiento. Los costes de vacunación tienen que ser asumidos por el propio avicultor. Además, las medidas de bioseguridad, como alimentar a las aves bajo cubierta, se seguirán aplicando, tanto si las aves están vacunadas como si no.

El programa holandés de vacunación establece el control por posibles focos de influenza aviar en las aves vacunadas, utilizando aves centinela y test veterinarios. Las aves vacunadas tendrán que distinguirse de las no vacunadas y se tendrán que mantener registros en las explotaciones vacunadas y medidas de bioseguridad.

Las medidas fijadas por la Comisión establecen que las aves hobistas vacunadas solo se podrán mover a otras explotaciones vacunadas dentro del país y bajo permiso de las autoridades. El movimiento de estas aves a otros Estados miembro requerirá el permiso de la administración holandesa y de la administración del lugar de destino. La carne y productos cárnicos de una explotación hobista no podrá ser comercializada en el mercado.

Las gallinas ponedoras vacunadas solo podrán moverse a otras explotaciones donde se haya vacunado o directamente a un matadero holandés, no pudiendo salir fuera del país. Los huevos de las gallinas vacunadas pueden comercializarse en la UE y a terceros países, siempre que procedan de una explotación libre de la enfermedad. Deben ser empaquetados, con embalaje no reutilizable, en un centro oficialmente designado. La carne fresca y productos cárnicos procedentes de las ponedoras vacunadas puede comercializarse siempre que procedan de explotaciones que cumplen con todas las normas, las aves hayan sido inspeccionadas 48 horas antes del sacrificio y cumplan las normas sanitarias.