Valencia, 5 de octubre de 2006. La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) denuncia que las restricciones hídricas que la Acequia Real del Júcar ya está aplicando en la Ribera y l’Horta Sud imposibilitan el cultivo de las hortalizas regadas con aguas superficiales, provocando un descenso de más del 25% de la plantación de hortícolas en las comarcas productoras tradicionales valencianas.
De momento, más de 2 millones de kilogramos de hortalizas no se cultivarán respecto la campaña pasada en los términos de Benifaió, Guadassuar, Silla, Alginet, Sollana, etc., confiando en que precipitaciones puntuales mejoren la situación. Sin embargo, la producción podría caer hasta el 50% en caso de prolongarse la sequía, según estimaciones de AVA.
La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) da prioridad a los cítricos por tratarse de arbolado, de modo que solo se pueden cultivar hortícolas regadas con aguas subterráneas. La organización agraria demanda potenciar racionalmente los pozos de auxilio para mantener esta tradición productiva, aunque comporte un encarecimiento notable, y así obtener una estabilidad necesaria para los productores.
El presidente de AVA, Cristóbal Aguado, afirmó que “el cultivo de hortalizas en las comarcas tradicionales tendrá muchos problemas para subsistir”. Las restricciones actuales y la reducción del 40 al 80% que previene la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) en caso de sequía en 2007 respecto al caudal presente, harán imposible el riego con aguas superficiales de las hortalizas en un periodo de tiempo prolongado.
“La consecuencia de la sobreexplotación de algunos acuíferos puede generar un fuerte desequilibrio e incluso herir de muerte el río Júcar, y con ello, causar la desaparición de la horticultura valenciana, altamente competitiva y de alto valor de rentabilidad”. El dirigente agrario reclamó a la Administración la aplicación del “módulo cero” del IRPF, la exención del IBI rústico y la condonación del pago de la cuota a la Seguridad Social, para paliar los perjuicios económicos y sociales de las numerosas familias que viven de la producción de hortalizas desde hace varias generaciones.
Además, Aguado reclamó “una indemnización que ya existe en otras provincias españolas, como Albacete, para asegurar una renta digna a nuestros agricultores tradicionales”. En la provincia manchega, se perciben ayudas por cada hectárea no cultivada en zonas de maíz, cebolla y patata, “indemnizaciones que deben extenderse a nuestra comunidad en los cultivos autóctonos”.
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