Las deyecciones de las explotaciones de broiler pueden dejar de ser un problema para convertirse en una buena forma de reducir los costes de calefacción de la explotación. Unos investigadores de la Universidad de Arkansas (EEUU) han diseñado un horno que puede quemar las deyecciones de las aves junto con el material de cama y calentar las naves donde se encuentran los pollos.
Según los investigadores, este sistema beneficia al ganadero porque reduce los costes de producción y también favorece al medio ambiente, porque disminuye el consumo de combustibles fósiles.
La basura quemada produce una ceniza rica en fósforo y potasio. Hay un mercado potencial para esta ceniza como fertilizante o como aditivo para las cementeras.
El sistema funcionaría de la siguiente forma. El granjero tendría que ir recogiendo las deyecciones de las naves y almacenarlas fuera, bajo cubierta, cerca del horno. Mediante un tractor con pala, las deyecciones se irían echando a un alimentador del horno. Se calcula que habría que quemar una tonelada de basura al día para calentar una explotación de broiler en las condiciones de invierno en el norte de Arkansas. Tras una ignición inicial con un quemador de propano, el prototipo mantiene la combustión con un 100% de deyecciones. El horno está conectado a un termostato en la nave que señala cuando encender el horno.
Los estudios han demostrado que el contenido de energía de las deyecciones oscila entre 8.000 a 10.000 kilojulio por kilo de basura. La unidad podría usar100 toneladas de basura por año, una cantidad que es fácilmente producida en una explotación de broilers. El 80% de las necesidades de calor podría proceder de la basura y el 20% restante, del propano o el gas natural.
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