05.02.08. La fresa es un cultivo muy importante en la industria frutícola, siendo España el primer productor de la Unión Europea y el segundo del mundo después de USA. Además, la fresa es un cultivo en expansión debido, principalmente, a la industria del congelado y a la actual demanda del fruto durante todo el año por parte de los consumidores.
Por esta razón, y aprovechando las condiciones naturales de “contra-estación”, Chile se ha convertido en el mayor exportador de fresa para Europa. Sin embargo, tanto en España como en Chile, la fresa es una especie susceptible al ataque de plagas y enfermedades. Las características de la planta, particularmente la suculencia del fruto y los largos periodos de cosecha, proporcionan las condiciones adecuadas para el desarrollo de infecciones fúngicas en la parte aérea de la planta y el ataque de nemátodos en el sistema radicular.
Mayor producción y respeto medioambiental
Un grupo de investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid, dirigido por la doctora Isabel Díaz, del Departamento de Biotecnología de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de la UPM, en colaboración con la doctora Marina Gambardella de la Universidad de Chile, analizan las propiedades fungicidas y nematicidas de una familia de inhibidores de cisteín-proteasas, llamados “cistatinas”, como un sistema alternativo de control de enfermedades que sustituya el actual uso de compuestos orgánicos de síntesis de amplio espectro. Éstos mejoran la producción pero provocan problemas medioambientales, resistencia y adaptación de las especies patógenas.
Combatir los efectos de hongos para optimizar cultivos
La colaboración hispano-chilena, financiada en parte por la Universidad Politécnica de Madrid, pretende reducir las pérdidas del cultivo de fresa ocasionadas por el ataque de hongos y nemátodos.
En este empeño, han demostrado que las cistatinas son capaces de inhibir el crecimiento del hongo Botrytis cinerea que genera el denominado manchado gris de las fresas y del ascomiceto Colletotrichum acutatum (figura 1), causante de la denominada antracosis de la corona y que también produce graves lesiones en frutos y estolones.
Además, resultados preliminares sustentan el potencial de las cistatinas como inhibidores de los enzimas presentes en un nematodo ectoparásito sedentario de la fresa como es Xiphinema americanum y de un nemátodo endoparásto como Meloidogyne.
Una vez estudiada la función antipatogénica de las cistatinas y analizado su comportamiento en la interacción planta-hongo y/o planta-nemátodo, estas moléculas se pueden o bien transferir y expresar en la propia fresa o bien encapsular y aplicar como agentes de protección del cultivo. No obstante, es necesario completar dicho estudio y analizar otros parámetros implicados en dichas interacciones antes del uso de las cistatinas como agentes fungicidas y nematicidas.
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