Sevilla, 18 de noviembre 08. La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, COAG Andalucía, considera que, un año más, los presupuestos muestran cómo la Consejería de Agricultura pierde capacidad inversora: en años de crecimiento aumenta menos que otras Consejerías y en años de crisis económica no sólo no es capaz de mantener las inversiones, sino que, a pesar de ser un departamento que desarrolla políticas productivas, las reduce en un 1’1% (justo lo que aumentaron el año pasado).
Es por ello que COAG Andalucía considera que los presupuestos no reconocen el valor estratégico del sector agrario, a pesar de que es el primer sector productivo en la generación de empleo. La actividad agraria da empleo al 10% de la población activa andaluza, y genera el 20% del empleo industrial. Actualmente, existen unas 250.000 explotaciones en nuestra comunidad, que generan unos 400.000 puestos de trabajo. Se trata, pues de un sector que, además de contribuir de manera fundamental a la sostenibilidad medioambiental y al equilibrio territorial, tiene una enorme trascendencia económica y social.
A modo de ejemplo, los últimos datos del paro muestran cómo la única provincia que ha conseguido resistirse al incremento del desempleo ha sido Almería, y ha sido gracias al empleo generado por la actividad agraria.
Una cuestión novedosa, que esta organización valora positivamente, es el capítulo destina 120 millones de euros para poner en marcha medidas financieras de apoyo a las agroindustrias, permitiéndoles así hacer frente a la falta de liquidez al prolongar los plazos de amortización de sus deudas.
Sin embargo, en ese apartado los presupuestos se olvidan de los agricultores profesionales, que también sufren las consecuencias de la crisis económica. Baste recordar, a modo de ejemplo, que, según los datos del informe El estallido de los costes de producción realizado por los servicios técnicos de COAG, las explotaciones soportaron un incremento medio de los costes de más de 6.500 euros por explotación, con subidas que, en el caso de los fertilizantes, se sitúan en el 200%, y que también fueron notables en el gasóleo y en los piensos para alimentación animal.
Por todo ello, esta organización agraria exige que esta medida financiera se articule de forma que también beneficie a los agricultores y ganaderos profesionales.
Y todo ello, porque, a la actual coyuntura económica, hay que sumarle el contexto político, con el debate en torno al futuro de la actividad agraria. Justamente hoy se reúne en Bruselas el Consejo de Ministros de Agricultura que pretende alcanzar un acuerdo político acerca del chequeo de la PAC.
En este sentido, recordamos una de las propuestas más preocupantes es la relativa al desacoplamiento de las ayudas comunitarias. Para COAG, desvincular las ayudas del hecho de producir es una perversión del sistema, que a medio plazo cuestiona la continuidad de dichas ayudas, porque no obliga a contraprestación alguna. La experiencia demuestra que el desacople conduce directamente al abandono y la evidencia dice que un sector, una vez desmantelado, difícilmente puede volver a ponerse en marcha.
La propia Comisión parece no tener del todo clara su postura ante el desacoplamiento, como demuestra el hecho de que quiera mantener ayudas acopladas en algunos sectores productivos, como única forma de evitar su desaparición. Por eso, desde COAG no entendemos que sea la propia Consejería de Agricultura la que plantea ir más allá, desacoplando incluso algunos sectores, como el ovino caprino, cuya continuidad quedaría así seriamente amenazada.
Frente a esa idea del desacople, y frente a una política comunitaria que cada vez opta más por la liberalización y por la eliminación de los mecanismos públicos de intervención, llama la atención que los presupuestos andaluces no tengan una orientación clara y un diagnóstico específico que permita aprovechar las oportunidades.
Desde COAG no entendemos cómo es posible que los presupuestos para la Consejería de Agricultura mantengan las grandes cifras al céntimo, mientras están vacíos de contenido los detalles y las actuaciones concretas que se desarrollarán. Por ejemplo, no conocemos los proyectos de un organismo como el IFAPA, que en esta legislatura ha vuelto a depender de la Consejería de Agricultura.
Entre las cuestiones positivas que merece la pena destacar, COAG valora especialmente el incremento en la partida para incorporación de jóvenes y modernización de explotaciones. Frente a lo que sucedía en los presupuestos anteriores, que fueron criticados por esta organización agraria, la partida destinada a estos menesteres crece un 470%, situándose en 23,4 millones de euros. Ahora, lo que hace falta es modificar la norma de aplicación de esta medida, para que los trámites sean ágiles y sus resoluciones más rápidas.
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