Los Servicios Veterinarios de Canadá han detectado la presencia del virus A/H1N1 en una explotación porcina en la provincia de Alberta. Se cree que la infección está relacionada probablemente con la entrada de un carpintero que trabajó en la granja, el cual había pasado una breve estancia en México y que tenía los síntomas de la gripe, aunque ya está recuperado. Las investigaciones están en curso.
La explotación afectada era de cría y engorde, con 220 cerdas y sus lechones en dos corrales y 1.800 lechones destetados en cuatro corrales. Se produjeron 450 casos en los que los cerdos mostraron pérdida de apetito y síntomas respiratorios, pero la enfermedad fue leve y los animales se han recuperado, sin que ninguno haya muerto.
Tras la detección de este caso de transmisión del virus A/H1N1 de humanos a cerdos en Canadá, la FAO ha instado de nuevo a las autoridades nacionales y los granjeros a vigilar de cerca la cabaña porcina e investigar la aparición de cualquier síntoma relacionado con la gripe en los animales.
Esta transmisión de humanos a animales no debe suponer una sorpresa, según la FAO, ya que el camino de transmisión tiene doble sentido. Los virus de la gripe -en humanos o animales- evolucionan constantemente a nivel genético, al tiempo que cambia su capacidad de producir morbilidad y mortalidad en las personas o los animales. Por ello es necesario vigilar de cerca la actual situación del H1N1, ya que muchas de las características y desarrollo del virus todavía se desconocen.
La FAO propone que se intensifique la vigilancia sobre las enfermedades respiratorias de la cabaña porcina y se informe de inmediato de cualquier caso de síndrome respiratorio porcino a las autoridades veterinarias. La Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y la FAO deben de ser informadas sobre cualquier brote del nuevo virus de la gripe A/H1N1 en los cerdos.
También habría que aplicar medidas estrictas de bioseguridad -incluyendo la limitación del transporte de cerdos, mercancías y personas- en todas las granjas y explotaciones porcinas con síntomas de enfermedades respiratorias, hasta que se realice un diagnostico correcto de la enfermedad.
En los casos en que se confirme la existencia del virus A/H1N1, habría que imponer una restricción al transporte de animales hasta siete días después de que se haya recuperado el último de los animales enfermos. Las personas que trabajan en contacto directo con los cerdos deberían abstenerse de ir a trabajar si tienen síntomas de enfermedades respiratorias, gripe o fiebre.
La FAO ha insistido en que no existe ninguna necesidad de sacrificar animales para prevenir la circulación del virus A/H1N1, y subrayado que los humanos no pueden contraer este tipo de virus a través de los cerdos o sus productos. Siempre que se manipulen de acuerdo con las prácticas de higiene adecuadas recomendadas por la Comisión del Codex Alimentarius -promovida por la FAO y la Organización Mundial de la Salud (OMS)- el cerdo y los productos porcinos no representan una fuente de infección.
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