El responsable de la organización profesional agraria ASAJA Murcia, Alfonso Gálvez Caravaca, cree que la solución para poner freno a este escenario pasa por “la imprescindible unidad entre el sector y los representantes políticos en Europa, con el fin de hacer frente al problema de la entrada sin control de productos extracomunitarios”.
En este sentido, el titular de ASAJA Murcia pide a Bruselas “que no haga oídos sordos a esta situación y evite la competencia desleal que sufren los productores de frutas y hortalizas de la Región de Murcia. Del mismo modo, les insta a que actúen de forma coordinada con los intereses de todos los Estados, proporcionándoles mayor información sobre el desarrollo de las negociaciones que se mantienen con Países Terceros y, sobre todo, que tengan en cuenta el impacto negativo que estos acuerdos podrían ocasionar sobre determinadas producciones europeas”.
Sin embargo, la organización agraria también ha recordado que antes de iniciar cualquier proceso de liberalización se debería realizar un estudio pormenorizado sobre los distintos sistemas de producción europeos, muchos de ellos dedicados en exclusiva a un único cultivo, así como el impacto económico y social de otorgar mayores concesiones y de permitir la entrada sin control de productos de Terceros Países.
Gálvez Caravaca destaca como argumentos a favor del agricultor murciano que sus productos “cumplen con unos requisitos medioambientes y de calidad mucho más estrictos que los de otros países”. Además, se añade que “el sector hortofrutícola es muy sensible a la entrada de productos que cuenten con menores costes de producción”.
Para tratar de paliar esta situación de menoscabo en la que se encuentran los agricultores españoles, durante la pasada semana representantes de ASAJA han participado en la reunión del Grupo Consultivo de Frutas y Hortalizas de la Comisión Europea con el fin de tratar de conseguir abrir los ojos a Bruselas.
En relación con estas circunstancias, se han tratado temas que tienen que ver con las nuevas disposiciones de calidad de las frutas y hortalizas y la propia normativa fitosanitaria. Pero ambas cuestiones han sido muy criticadas debido a que la Unión Europea ha impuesto a los agricultores de los Estados Miembros fuertes restricciones a favor de la sostenibilidad de la actividad agraria y aplicando criterios de obligado cumplimiento, mientras que se ha estado haciendo “la vista gorda” con los productos extracomunitarios.
Es por ello que Gálvez Caravaca propone “dejar de lado la política hipócrita en materia medioambiental, ya que la propia Unión Europea está contribuyendo a la destrucción del medio ambiente mirando hacia otro lado y permitiendo la entrada en nuestras fronteras de productos originarios de Terceros Países que no cumplen las estrictas reglas que se les exigen a los agricultores europeos”.
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