Las estadísticas oficiales de Eurostat de los últimos 11 años demuestran que existe una relación directa entre la participación española en el mercado europeo de cítricos y el consumo. Es decir, en aquellos ejercicios en los que España aumenta su cuota en la UE -vende un porcentaje mayor del conjunto de naranjas y mandarinas comercializadas- se produce también un incremento simultáneo en los kilos por persona adquiridos por los europeos (sean españoles o no). Y la relación también funciona al contrario: cuando España vende menos sobre el total resulta ser que de igual manera se comen menos cítricos en el viejo continente. Para la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) este dato confirma la mayor aceptación de la producción española frente a la foránea lo que, a juicio de su presidente, Cristóbal Aguado, “debiera ser un arma decisiva que los operadores podrían utilizar para defender mejor los precios ante la gran distribución”.
Efectivamente, en naranjas y entre 1998 y 2008 sólo se dió un año en el que no se produjo esta relación. La excepción que justifica la norma se dio en 2003 cuando ocurrió que una mayor participación española en el mercado naranjero europeo (se pasó del 50,6% de 2002 al 52,6%) no se correspondió con un mayor consumo (se pasó de los 7,4 kg/persona/año de 2002 a 7,0 kg/persona/año).
Los datos proceden de un informe realizado por Intercitrus a partir de las estadísticas oficiales de Intrastat sobre los 10 mercados citrícolas de la UE no productores más importantes, que acaparan la inmensa mayoría de las exportaciones citrícolas españolas. En líneas generales, el estudio confirma una tendencia hacia la disminución del consumo de naranjas –que ha pasado de 7,3 kg/persona/año en 1998 a 6,7 en 2008- que no se ve compensado por el de mandarinas –de 4,6 en 1998 a 4,5 en 2008-.
En el caso de las naranjas, el estudio confirma que “el alargamiento de las campañas favorece un incremento de la participación española en los mercados”. Para AVA-ASAJA tal dato constituye una muestra más de la necesidad de graduar los envíos en función de las necesidades de los mercados, de coordinar las actuaciones en fresco con la remisión de género a la industria de zumos, en definitiva “la conveniencia de que Intercitrus asuma su papel de interprofesional y en beneficio de todos cree las condiciones para que nuestros operadores puedan defender más fácilmente el precio ante la gran distribución”, señala Aguado quien añade que “tenemos lo más complicado de lograr, el prestigio que da la calidad y ahora sólo nos queda lograr que eso se reconozca en los mercados”.
En este sentido AVA-ASAJA denuncia el sinsentido de la política comercial seguida especialmente con las clementinas. El estudio confirma que la cuota de participación de las mandarinas españolas en los 10 primeros mercados citrícolas europeos prácticamente no ha evolucionado, como tampoco el consumo per çápita: en 1995 se situaba en el 70,6% y 4,2 kg/persona y año; en 1998 en el 69,9% y 4,6 kg/persona/año; en 2005, en el 69,4% y 4,6 así como en 2008, con el 68,7% y sólo 4,5. “Los bajos precios no han servido ni para vender más ni para incentivar el consumo y en cambio han supuesto la ruina de todos, de los productores primero e incluso ahora de los propios comercios”, denuncia el presidente de AVA-ASAJA.
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