Los datos de la última campaña de cereales de invierno dibujan un escenario desolador. Los precios a la baja, el aumento de costes y la sequía han sembrado el desánimo entre los productores de cereal, cuyas rentas estaban seriamente castigadas tras la campaña 2008. Ello ha traído consigo una reducción de la superficie dedicada a cereales de otoño-invierno de un 9%, pasando de 6.188.000 ha en 2008 a las 5.652.000 hectáreas en el presente ejercicio.
Por otra parte, las altas temperaturas y las escasas lluvias durante el llenado del grano provocaron una significativa caída de los rendimientos. Zonas con rendimientos medios de 2.000 kg/ha pasaron a 700 kg/ha. A nivel estatal, se pasó de una producción de 19 Mill. t en 2008 a 13,6 Mill. t en 2009 (- 28%).
Sin embargo, a pesar de la escasa producción, los precios medios de los cereales han tendido a la baja, con cotizaciones medias de 0,14 €/kg para los trigos blandos y de 0,12 €/kg para las cebadas, lejos de los 0,28€/kg y los 0,23€/kg de octubre 2007.
Los bajos precios a nivel europeo, a pesar de que la producción cerealística se ha visto igualmente reducida en más de un 7%, han provocado que las importaciones de cereal a nuestro país se disparen. Así, durante los siete primeros meses de 2009 se ha importado a España un 139% más de trigo que en los mismos meses del 2008 (hasta 3,15 Mill. t) y un 410% más de cebada (hasta 0,58 Mill. t), situación que ha agudizado la tendencia a la baja de los precios en nuestro mercado interno.
“La eliminación de los mecanismos de regulación de mercado tras las últimas reformas de la Política Agraria Común (PAC) deja al agricultor sin ningún instrumento para afrontar los vaivenes del mercado mundial de cereales, muy condicionado por la espiral especulativa que se ha adueñado de las cotizaciones de las materias primas en los últimos tiempos. La campaña 2009 de cereales es un claro ejemplo de cómo el mercado por sí sólo no es capaz de regular un sector estratégico, base de la alimentación humana y animal”, ha argumentado Alejandro García-Gasco, responsable de Producciones Agrícolas de COAG.
Si no cambia esta tendencia, COAG pronostica una nueva reducción de la superficie sembrada para la próxima campaña y el consiguiente aumento de la dependencia del exterior. “En estas condiciones, sembrar es una opción totalmente inviable para gran parte de los productores”, ha lamentado García-Gasco.
COAG aboga por el reestablecimiento de los mecanismos de regulación de mercado para que los agricultores puedan reducir la incertidumbre a la hora de planificar sus campañas, en un marco de equilibrio y seguridad que limite la influencia de la especulación.
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