El gorgojo castaño de la harina (Tribolium castaneum) produce cuantiosas pérdidas en los granos y harina almacenada. Con el fin de buscar una solución contra el mismo, científicos del Servicio de Investigación Agraria de EEUU (ARS) han actuado en genes específicos que regulan dónde, cuándo y cómo se forma la quitina, que es una sustancia que forma el caparazón externo de los insectosl

Se identificaron nueve genes que estimulan la producción de la enzima quitina desacetilasa, que actúa en la degradación de la quitina, quitando ramas de azucares de cadena larga. Se quitan unas u otras ramas según se necesite más o menos quitina en el cuerpo del gorgojo. Por ejemplo, alrededor de las articulaciones de la pata, la estructura de ramas de quitina se tiene que cortar para permitir flexibilidad y movimiento. Pero alrededor de la cabeza y el tórax, donde la protección de los órganos vitales es imprescindible, se necesita un depósito más denso y más rígido de la quitina.

Los investigadores usaron un procedimiento biotecnológico llamado la interferencia de ARN para demarcar los papeles de los genes y observar el impacto de su eliminación en el desarrollo y la supervivencia del gorgojo. Algunos de los gorgojos desarrollados en el laboratorio carecían de la enzima por lo que se acumuló una gran cantidad de quitina alrededor de las articulaciones y no podían flexionar sus patas, con lo que no se podían alimentar y morían. Otros de los gorgojos desarrollados en el laboratorio no podían su caparazón. Estos resultados abren la puerta al desarrollo de biopesticidas que ataquen la quitina de los insectos, o proteínas anti-quitina incorporadas en las plantas de cultivos.