La principal organización agraria de Francia, la FNSEA, ha elaborado un documento en el que detalla por qué los agricultores franceses están perdiendo competitividad, no ya con los países terceros, sino con los otros Estados miembro. La FNSEA denuncia que el coste de la mano de obra temporal es más barato en Alemania que en Francia, lo que resta competitividad a la producción francesa. Por este motivo, demandan una prima al empleo de unos 3 €/hora, con lo que se armonizarían los costes en Francia con los de los países vecinos.
La falta de acceso a la biotecnología también es causa de esta menor competitividad. Según la FNSEA, el poder utilizar el maíz Bt podría reducir los costes de producción de 155 a 90 €.
También la tasa de cambio intracomunitario es un elemento que provoca distorsión. La FNSEA cita el ejemplo de que la remolacha azucarera se beneficia de un precio reglamentario mínimo expresado en euros, que da ventaja a los remolacheros de fuera de la zona euro.
La lista de razones y causas que provoca que los productores franceses sean menos competitivos es larga. Incluye, además, el coste de los transporte, la dificultad de acceso a fitosanitarios, la obligación de cobertura invernal de los suelos que supone un coste de 80 millones de euros, el escaso apoyo a las energías renovables y una ley de instalaciones clasificadas mucho más estricta que en otros países, entre otras.
El estudio puede consultarse en el siguiente vínculo:
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