El cobre y el zinc se usan rutinariamente como aditivos en la alimentación animal y durante este uso resulta inevitable que ambos elementos se liberen al medio ambiente. De acuerdo con un estudio externo que ha sido publicado por la Autoridad Europea de Seguridad de los Alimentos (EFSA), en la situación actual, los riesgos medioambientales son aceptables pero en el futuro, podría haber riesgos en algunas zonas.
Los escenarios más vulnerables a la presencia de estos metales en las deyecciones ganaderas son los suelos arenosos ácidos. La distribución estos escenarios en Europa se encuentran en Flandes (norte de Bélgica), Holanda, noroeste de Alemania y Dinamarca.
Por tanto, sería necesario establecer si estos suelos son tan sensibles a estos metales como indica el estudio, para lo que se podrían llevar a cabo muestreos de campo para verificar las concentraciones de cobre y zinc en las aguas de escorrentía en las tierras con historia conocida de presencia de metales.
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