El director general de Desarrollo Sostenible del Medio Rural, Jesús Casas, presidió ayer la primera reunión de la Comisión de valoración de la convocatoria de proyectos piloto de 2011, en la que el MARM ha consensuado con los representantes de las Comunidades Autónomas una metodología para la aplicación de los criterios de adjudicación establecidos en dicha convocatoria, a la que se han presentado 175 proyectos.

El objetivo de esta iniciativa, que se realiza en el marco de la Red Rural Nacional, es apoyar, hasta el 90% del presupuesto, aquellos proyectos que contribuyan a la diversificación económica, la modernización, la mejora de la calidad de vida y la multifuncionalidad del medio rural, siempre de acuerdo con las nuevas exigencias en materia de sostenibilidad y respeto al medio ambiente.

Para ello, se van a conceder ayudas por un importe total de 14.475.180 euros durante los próximos cuatro años, de los que 10.815.180 euros corresponden a 2011; 1.200.000 euros a 2012; 1.200.000 euros a 2013; y 1.260.000 euros a 2014.

Los beneficiarios de estas subvenciones son entidades sin ánimo de lucro o que, aunque desarrollen actividades de carácter comercial, inviertan todos los beneficios resultantes de las mismas en el cumplimiento de sus fines institucionales no comerciales. Además, estas entidades deben recoger en sus estatutos, al menos, uno de estos fines: la promoción de iniciativas para contribuir al desarrollo sostenible del medio rural, la conservación del medio, la innovación del medio rural, o la organización de la producción para contribuir a la mejora de la calidad de vida.

Asimismo, los proyectos deben poner de manifiesto su carácter piloto e innovador en su singularidad, en la aparición de nuevos productos y servicios que incorporan rasgos específicos locales, en el establecimiento de nuevos métodos que permitan combinar entre sí los recursos del territorio y que tengan como consecuencia una explotación más eficiente y sostenible del potencial endógeno del territorio, y en la combinación y enlace de sectores de la economía tradicionalmente apartados.

Además, este carácter innovador deberá estar presente en el contenido técnico del proyecto o en la forma de organización y participación de los actores locales en el proceso de toma de decisiones y de aplicación del proyecto.