La Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo aprobó ayer, por 30 votos a favor, 3 en contra y 1 abstención, el informe del eurodiputado socialista Sergio Gutiérrez sobre la modificación de la Directiva del régimen comunitario de imposición de los productos energéticos y de la electricidad y su implicación en el sector agrícola.

Según ha explicado Sergio Gutiérrez, la modificación de la Directiva que propone la Comisión Europea «puede llegar a tener un gran impacto sobre el sector, ya que cambia el régimen de impuestos de la energía incorporando una doble imposición tanto por emisiones de CO2 como por valor calorífico de la materia utilizada». Todo ello, ha explicado, «supondría un aumento de los costes energéticos de nuestras explotaciones agrarias en un momento donde los márgenes de la rentabilidad de las mismas ya son, de por sí, muy estrechos».

En ese sentido, Sergio Gutiérrez ha pedido en su informe el mantenimiento de las deducciones al gasóleo agrícola vinculadas a la elaboración, por parte de los Estados miembros, de estrategias nacionales de eficiencia energética en el sector agrícola. Con ello pretende que «los costes energéticos supongan cada vez más una parte menos relevante en los costes fijos que deben contabilizar nuestras explotaciones agrarias», ya que lo contrario «puede suponer un golpe duro e irremediable en la viabilidad de muchas explotaciones»

Asimismo, el eurodiputado ha defendido la incorporación de la agricultura a los sectores considerados por la UE con riesgo de fuga de carbono «no porque se pueda deslocalizar la producción, como sucede en la industria, sino por el riesgo verdadero que puede tener de abandono de tierras». Esta inclusión, ha explicado Gutiérrez «permitiría mayores deducciones fiscales en los costes energéticos de las explotaciones agrarias así como el reconocimiento del valor de la agricultura en una economía sostenible».

Por último, Sergio Gutiérrez ha recordado la importancia de tener en cuenta que la agricultura es un sector primario con altísimos problemas de beneficios económicos debidos a las condiciones medioambientales y sanitarias en las que tienen producir, el encarecimiento de las materias primas, la volatilidad y el estancamiento de los precios en origen de los productos agrarios.