Durante un desayuno de trabajo con altos representantes en el Parlamento Europeo, los propietarios forestales de la UE han declarado que la propuesta de la Comisión Europea sobre la silvicultura en el marco de la Política Agrícola Común (PAC) después de 2013 es un paso en el buen camino.
La política de desarrollo rural posterior a 2013, inscrita en la PAC, es el principal instrumento político para aprovechar el pleno potencial de los bosques de la UE.
Los bosques representan aproximadamente el 40% del territorio europeo. En las zonas rurales, desempeñan un papel multifuncional clave. Los bosques europeos son fuente sostenible de madera y proporcionan una multiplicidad de bienes y servicios ecosistémicos como pueden ser la mitigación del cambio climático, la biodiversidad, el agua potable o los espacios de recreo. Además, generan unos tres millones y medio de empleos en las zonas rurales, contribuyendo así en gran medida a la Estrategia UE 2020 para el crecimiento y el empleo.
“No obstante, se precisa de un sector silvícola competitivo y económicamente viable en Europa para proporcionar de manera sostenible los bienes y servicios que la sociedad exige. En sus prioridades, la nueva propuesta ignora el potencial económico del sector silvícola; lo que debe corregirse», ha declarado la eurodiputada Elisabeth Köstinger.
Al hilo de esta declaración, Juha Hakkarainen, representante de los propietarios forestales europeos, ha subrayado el protagonismo que podrían adquirir los bosques en la bioeconomía, así como a la hora de alcanzar los objetivos de la UE en materia de energías renovables. «Por ello, es inaceptable que el papel económico de los bosques no quede adecuadamente reflejado en la propuesta de la Comisión. Las prioridades de la política de desarrollo rural deben también centrarse en alcanzar la competitividad para los sectores agrícola y silvícola», ha señalado.
Asimismo, la cooperación entre propietarios forestales y la creación de agrupaciones de productores podrían desempeñar un papel fundamental a la hora de superar las dificultades que plantea la estructura dispersa y de pequeña escala de las explotaciones silvícolas. Ello ayudará a fomentar la movilización y el uso de la madera y/o la biomasa. La integración del
sector silvícola en las iniciativas de transferencia de conocimientos y de información, así como en los servicios de asesoramiento, es crucial para mejorar la oferta de servicios ecosistémicos, avanzar en la gestión sostenible de los bosques y aumentar la movilización de la madera.
Por otra parte, se precisa con urgencia de una mayor simplificación y de una reducción de la burocracia de las propuestas. Por ejemplo, deberían simplificarse los pagos en concepto de servicios forestales medioambientales y climáticos y de conservación de los bosques. De esta manera, se ayudaría a mejorar la aplicación de las medidas silvícolas y de los fondos
relacionados con el sector. La inclusión de los planes de gestión forestal como requisito podría añadir más trámites y frenar la aplicación de dichas medidas. No debe pasarse por alto este aspecto.
Finalmente, si se desea contar con un sector silvícola multifuncional en toda Europa, es fundamental contemplar un pago por servicios ecosistémicos silvícolas, así como una compensación por los costes y la pérdida de renta generados en las zonas silvícolas sujetas a legislaciones de carácter medioambiental como puede ser la Directiva «Hábitats».
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