Los productores de porcino del Reino Unido probablemente no van a tener grandes inconvenientes en adaptarse a la directiva de bienestar de los cerdos en relación con la normativa de las jaulas de gestación (que es el mayor problema en la mayoría de los países), ya que desde 1999 aplican medidas más restrictivas a las comunitarias (mientras que la directiva establece alojamiento en grupo y solo jaula de gestación durante las 4 semanas siguientes a la inseminación y una semana antes del parto, en Reino Unido no hay la excepción de las 4 semanas después de la IA).
Sin embargo, son las aberturas de los suelos enrejillados de hormigón lo que podría poner en apuros a algunos ganaderos británicos. La directiva comunitaria establece que la abertura máxima entre cada rejilla debe de ser como máximo de 18 mm en el caso de suelos para cerdos de cebo. Sin embargo, en explotaciones antiguas del Reino Unido, la separación entre las rejillas estaba establecida en ¾ de pulgada, lo que equivale a 19-20 mm. En consecuencia, dichas explotaciones incumplirían la directiva.
La sectorial de porcino británica, que ha denominado a este tema “la locura del milímetro”, ha abierto una encuesta on line para que los ganaderos indiquen cuales son las anchuras de sus enrejillados y de los huecos entre éstos para poder cuantificar cuantas explotaciones estarían afectadas. En unos cálculos iniciales estiman que reemplazar los suelos de las explotaciones podría costar cerca de 34 millones de euros.
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