La Comisión Europea está trabajando en unas normas para el etiquetado del origen de las carnes de porcino, ovino, caprino y ave. Inicialmente se barajaron tres posibilidades:
1. Indicar si la carne era UE o no UE.
2. Indicar donde se había criado y sacrificado el animal, indicando el país en cada uno de los casos.
3. Indicar donde había nacido, se había criado y sacrificado el animal, indicando el país en cada uno de los casos.
En los casos 2 y 3 si no se dispone de información sobre el Tercer país se indicará como no-UE, sin indicar el país concreto.
El sector porcino, mayoritariamente, se mostraba más favorable hacia la opción 1, debido a que en toda la producción comunitaria de porcino es bastante uniforme, dada su homogeneidad en alimentación, razas, sistema de cría en todo el territorio europeo, etc. Según el sector, el elevado coste que supondría la opción 2 o 3 no compensaría los beneficios que traería consigo esos tipos de etiquetado para el consumidor. En cualquier caso, se considera necesario etiquetar aquellos productos que han sido producidos bajo el Modelo Europeo de Producción.
Por el contrario, en el caso del ovino y caprino, el sector mayoritariamente se mostraba más proclive a la opción 3, ya que en este caso los sistemas de producción, las razas, la alimentación… varían significativamente de un país a otro y esta información puede ser útil para el consumidor.
Ante este panorama, parece que la Comisión en su primera propuesta ha planteado la opción 2, ya que resulta menos costosa y fácil de aplicar que la 3. La Comisión también ha descartado la posibilidad de aplicar diferentes normas de etiquetado según el sector de que se trate, ya que quiere una norma homogénea para todos los sectores cárnicos. Caso aparte es el del vacuno, cuyas normas de etiquetado, más exhaustivas que las que ahora se están barajando para el resto de carnes, se establecieron en un momento muy específico, cuando el consumidor estaba muy alarmado por la crisis de la EEB en la carne de vacuno.
Asimismo, las normas sobre las que ahora trabaja la Comisión se refieren a canales y carne fresca, congelada y refrigerada, dejando el etiquetado de la carne como ingrediente de un plato preparado para una segunda etapa posterior.
La Comisión Europea baraja que para la carne de porcino, ovino y caprino, el etiquetaje debe mencionar el último país en el que el animal ha sido criado por un período de al menos 2 meses, en el caso de la carne de ave este período es de un 1 mes.
Se establecerá una excepción para los recortes y la carne picada que permitirá un etiquetado en el que se haga mención a la procedencia UE, no UE sin concretar el país exacto de cría y sacrificio.
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