En los últimos 20 años, la producción láctea en Nueva Zelanda ha crecido en torno a un 8% anual. Este rápido e intensivo crecimiento puede haber favorecido la opinión que los neocelandeses tienen de su sector lácteo. En una encuesta realizada por Fish and Game New Zealand, solo un 19% de los neocelandeses apoyaban que la producción láctea en el país continuara aumentando. Estos resultados contrastan con los de una encuesta similar realizada en el Reino Unido, en la que las dos terceras partes de los encuestados tenían una visión positiva del sector lácteo, que ayudaba a preservar el medio rural.

En Nueva Zelanda, los problemas medioambientales son ahora una cuestión prioritaria para el sector lácteo. En 2013 se presentó un plan con el fin de que los ganaderos tuvieran conciencia de temas tales como la calidad del agua y el uso del agua y la energía.