Con ocasión de la quinta ronda de negociaciones para el Acuerdo Trasatlántico de Comercio e Inversión (TTIP) entre la UE y los EE.UU. que se celebra en Washington esta semana, los exportadores europeos de vino han instado a los negociadores a introducir un ambicioso acuerdo de comercio de vinos en el marco del tratado general.
El Stakeholder Forum, organizado por la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos, ha permitido a las partes interesadas de ambos lados del Atlántico presentar a los negociadores del Acuerdo los principales desafíos y oportunidades para sus respectivos sectores.
Por su parte, el Comité Européen des Enterprises Vins (CEEV), patronal europea del sector bodeguero, ha subrayado durante la reunión la importancia de que se incluya un ambicioso capítulo de vinos, que permita consolidar el Acuerdo Vinos alcanzado en el TTIP de 2006, y con el cual se puedan resolver algunas cuestiones pendientes como la plena protección de todas las indicaciones geográficas de vinos de ambos países, la eliminación de aranceles, la simplificación de certificaciones y procedimientos administrativos o mejorar la convergencia regulatoria frente a medidas discriminatorias, entre otras medidas.
El secretario general de la organización, José Ramón Fernández, ha recordado al respecto que Estados Unidos “es ahora el primer país consumidor de vino del mundo mientras que la UE es el principal destino de las exportaciones de vino estadounidenses”. Para Fernández, el Acuerdo Vinos de 2006 “fue un primer paso importante pero claramente insuficiente” ya que, en el momento actual, “el impasse en semi-genéricos ya no es una opción sostenible y el TTIP debe encontrar soluciones que garanticen la protección de todas las indicaciones geográficas de vinos de ambas partes».
Por ello, ha afirmado que el vino “no puede quedar excluido de la beneficios de un TTIP que deberá aportar a nuestros sectores y a los consumidores las ventajas de un amplio acuerdo comercial y de inversión estratégica bilateral”. En conclusión, para el secretario general del CEEV, el TTIP es “una oportunidad única para profundizar en la cooperación bilateral y obtener un verdadero acuerdo que
beneficie a todos y esté centrado en el interés de los consumidores, en la competencia leal y en una mayor agilidad en el comercio bilateral e internacional del vino”.
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