Los horticultores de Rioja Baja no solo es que perciban precios por debajo de coste por sus productos de calidad inigualable, es que tienen cada vez más dificultades para venderlos con rentabilidad.
Mientras los gobernantes presumen y no se cansan de las maravillas de la huerta riojana y de la capitalidad de la verdura, los agricultores riojanos que se dedican a la hortaliza están pasándolas canutas. “Se vende muy barato, porque no hay demanda. No hay ningún cultivo que tenga rentabilidad como para compensar las pérdidas del resto”, denuncia Roberto Vázquez, joven horticultor de Calahorra. La situación es tan
catastrófica que el tomate, único producto que este año se mantiene de momento con márgenes ligeramente por encima de los costes de producción, está aguantando porque se ha plantado menos debido a los malos precios de las dos campañas pasadas.
En cambio, el resto de productos veraniegos están ya en cotizaciones que suponen pérdidas para los agricultores. Así pasa con el pimiento, las lechugas, las patatas… “Antes ponías variedades diferentes, más tempranas o más tardías que las habituales, y algo ganabas, pero ahora ni con esas”, sostiene Roberto.
Uno de los que han sido producto estrella de la huerta riojana, la coliflor, acaba de cerrar una campaña terrible: Se ha perdido dinero al situarse el precio por debajo del coste de producción. Así lo resume Tomás Sota, veterano horticultor, también de Calahorra: “En el abono, me ponen el precio. Y cuando voy a vender, también me lo ponen. Si librara al menos los costes, podría mantener los cultivos y la mano de obra.
Pero según están las cosas, voy a tener que quedarme con lo que pueda llevar yo solo, porque ya estoy empezando a palmar dinero, como me ha pasado este año con las coliflores: Todo lo que baje de los 2,50 euros la caja de 6 unidades es perder dinero, y durante la campaña ha estado muchas semanas de 1,50 a 1,80”. El descenso en el consumo de frutas y hortalizas obedece a varias causas, como las dificultades económicas que siguen sufriendo las familias españolas. Pero el mayor problema para los horticultores riojanos es la llegada a las tiendas de producto foráneo a precios por debajo de costes. “Los franceses asaltan camiones con fruta española, por un lado, pero por otro nos envían camiones con coliflores a bajo precio, nos atascan el mercado, y todos a perder. En lugar de tirarlas ellos cuando bajan los precios, las traen aquí. Y con las patatas, lo mismo. Pero nosotros a ellos no les paramos los camiones…”, dice Roberto. Además, otra consecuencia de la crisis, el descenso de los
precios en el transporte de mercancías, permite acercar excedentes de producción a bajo precio de cualquier punto de España.
Ante esta situación, la UAGR denuncia que tras la desregulación que supuso en 2007 la Organización Común de Mercado (OCM) de frutas y hortalizas, los horticultores no tienen herramientas para hacer frente a campañas ruinosas, como la presente. Por eso reclama a las autoridades regionales y estatales que atiendan a la realidad de las explotaciones hortofrutícolas riojanas, en lugar de tanta foto y tanta campaña vistosa
pero ineficaz para las rentas agrarias.




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