La venta de tomate cherry de importación en los lineales de Mercadona en plena campaña española ha generado malestar entre los productores, según la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) en Granada, que acusa a la distribución de hacer competencia a la producción estatal y de confundir al consumidor sobre el origen del producto.

COAG denuncia que, mientras las principales zonas hortícolas españolas están en plena campaña de tomate cherry, Mercadona está comercializando en España tomate cherry rojo y negro procedente de Marruecos. El producto llega a las tiendas a través de una empresa española con producción en este país, Campos de Granada SAT, lo que, a juicio de la organización, supone una competencia directa frente al tomate de proximidad disponible en cantidad, calidad y a precios adecuados.
Envases que confunden el origen del tomate
Según COAG Granada, el etiquetado y el diseño del envase refuerzan la sensación de confusión. En el frontal del envase, el nombre de la empresa Campos de Granada aparece de forma muy visible, mientras que el origen marroquí del tomate queda en un lugar mucho menos destacado. La organización considera que esta presentación puede inducir a error a los consumidores que, al identificar una marca vinculada a Granada, piensan estar comprando producto nacional cuando en realidad se trata de tomate importado de Marruecos.
La organización agraria enmarca este caso en un fenómeno más amplio de deslocalización de la producción hortícola, en el que empresas españolas trasladan parte de su actividad a terceros países para reducir costes, sin renunciar a una imagen comercial vinculada al campo español. COAG sostiene que esta práctica se apoya en la confianza que los consumidores depositan en las marcas y en la distribución, mientras se relega el origen real del producto a una letra pequeña.
Deslocalización y uso de fondos europeos
COAG recuerda que la empresa Fulgencio Spa, actualmente denominada Campos de Granada SAT, lleva alrededor de 20 años produciendo tomate y otros productos hortícolas en Marruecos. En este periodo, la compañía habría incrementado superficie e inversiones en ese país, en una apuesta clara por la deslocalización de la producción.
La organización señala además que la propia empresa reconoce en su página web que recibe fondos europeos, mientras comercializa estos productos de origen marroquí en supermercados españoles. En este contexto, COAG considera especialmente preocupante que una de las principales cadenas de distribución del país opte por priorizar este tipo de producto importado en plena campaña española, en lugar de apoyar al tejido productivo estatal.
Desde COAG Granada se advierte de que no se trata de una situación de falta de oferta local, sino de estrategias empresariales orientadas a maximizar la rentabilidad, incluso a costa de desplazar al tomate de proximidad. La organización agraria denuncia que este tipo de decisiones comerciales deterioran el tejido productivo nacional y agravan la sensación de abandono en el campo, al tiempo que erosionan la transparencia en la información al consumidor sobre el origen real de los alimentos que compra.




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