Un estudio internacional coordinado por la Universidad Agrícola de China, con la participación del Instituto Nacional de Investigación Agrícola, Alimentaria y Ambiental de Francia (Inrae), concluye que la rotación de cultivos es “más eficiente que el monocultivo” en términos de rendimiento, calidad nutricional e ingresos para los agricultores. La investigación, publicada en la revista científica Nature Communications, analiza datos de 3.663 ensayos de campo realizados entre 1980 y 2024 en distintas regiones del mundo.
Resultados globales: rendimientos y rentabilidad superiores

El metaanálisis demuestra que la rotación de cultivos incrementa los rendimientos agrícolas en torno al 20% respecto al monocultivo continuo. El aumento alcanza el 23% cuando los cultivos precedentes son leguminosas y el 16% en el caso de cultivos no leguminosos. Estos beneficios se registran de forma más marcada en Oceanía, Asia y Europa, aunque también son notables en África y Sudamérica, donde el monocultivo sigue siendo habitual.
Además, la rotación mejora la estabilidad de los rendimientos a lo largo de los años y reduce la dependencia de fertilizantes nitrogenados, lo que contribuye a una agricultura más sostenible y resiliente frente al cambio climático. Los investigadores constataron que rotar maíz o trigo con leguminosas puede disminuir las necesidades de nitrógeno en un 40-45% sin afectar al rendimiento.
Impacto nutricional y económico
El análisis revela también un impacto positivo en la calidad nutricional de los alimentos y en la rentabilidad de los sistemas agrícolas. En conjunto, las rotaciones aumentan la producción total y el valor nutricional de los cultivos:
- +23% en producción total,
- +24% en energía alimentaria,
- +14% en proteínas,
- y entre +17% y +27% en micronutrientes esenciales como hierro, magnesio y zinc.
Los ingresos brutos de los agricultores se incrementan, de media, un 20% en comparación con los monocultivos. El estudio identifica combinaciones especialmente ventajosas, como las rotaciones maíz-soja o sorgo-maíz, que generan sinergias simultáneas entre rendimiento, nutrición e ingresos.
Beneficios regionales y sostenibilidad
Los autores destacan que las rotaciones adaptadas a cada contexto regional pueden mejorar la seguridad alimentaria y la sostenibilidad económica de los productores. En Europa, la sustitución de sistemas rotativos tradicionales como trigo-cebada por monocultivos de trigo podría provocar pérdidas del 21% en rendimiento y del 25% en valor nutricional. En cambio, en regiones donde predomina el monocultivo —como África o Sudamérica— la introducción de rotaciones adecuadas podría duplicar los beneficios en rendimiento, nutrientes e ingresos.
Un modelo para la agricultura sostenible
El estudio subraya que la rotación de cultivos representa una vía eficaz para incrementar la productividad y la rentabilidad agrícola, reducir el uso de fertilizantes y mejorar la calidad de los alimentos, contribuyendo así a los Objetivos de Desarrollo Sostenible sobre hambre cero y producción responsable.
El trabajo contó con la participación de investigadores de universidades y centros de investigación de China, Francia, Estados Unidos, Suiza, Australia y Países Bajos, entre ellos Inrae y AgroParisTech.





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