La Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Alimentación del Gobierno de Cantabria ha confirmado dos nuevos casos de influenza aviar en la región, ambos detectados en gaviotas recogidas en los municipios de Laredo y Santoña. Con estos, se elevan a tres los casos confirmados en fauna silvestre, dos de ellos de alta patogenicidad.
Las aves fueron localizadas los días 5 y 7 de octubre por los Agentes de Medio Natural y analizadas conforme al protocolo de vigilancia establecido por el Ministerio de Agricultura. Los resultados positivos han sido confirmados por el Laboratorio Nacional de Referencia de Algete (Madrid).
El primer caso se registró en una gaviota hallada en Castro Urdiales, y por el momento no se han detectado contagios en explotaciones avícolas domésticas.
Agradecimiento al sector y refuerzo de la vigilancia
La consejera de Desarrollo Rural ha agradecido a los titulares de granjas avícolas “el esfuerzo que están realizando para evitar la propagación del virus”, subrayando que su implicación resulta fundamental para mantener el control de la enfermedad. Según indicó, el sistema de vigilancia pasiva está funcionando adecuadamente, lo que ha permitido detectar de manera temprana la presencia del virus y establecer las medidas necesarias para impedir su diseminación.
No obstante, la Consejería ha recordado que las enfermedades emergentes “pueden tener un comportamiento impredecible”, por lo que insiste en mantener la vigilancia activa y la colaboración con el sector avícola.
Medidas de prevención y control
El Gobierno de Cantabria ha reiterado las recomendaciones establecidas por el Ministerio de Agricultura, entre ellas evitar el contacto directo o indirecto con aves silvestres, reforzar la vigilancia en explotaciones avícolas y comunicar de inmediato cualquier sospecha de enfermedad a los servicios veterinarios oficiales, en este caso a la Oficina Comarcal Agraria de Gama.
También se mantiene la prohibición de utilizar aves de los órdenes Anseriformes y Charadriiformes como señuelo, así como de criar patos o gansos junto a otras especies de corral. En las explotaciones al aire libre, se exige instalar telas o dispositivos que impidan el acceso de aves silvestres, garantizando que la alimentación y el agua se proporcionen bajo techo o en zonas protegidas.
Además, no se permite utilizar agua procedente de depósitos accesibles a aves silvestres ni la presencia de aves de corral o cautivas en ferias, exposiciones, concursos o celebraciones culturales.
Áreas de riesgo y de especial vigilancia
Las medidas preventivas se están aplicando en los municipios declarados como zonas de “especial riesgo” por el Ministerio, ubicados en el entorno del Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, incluyendo Ampuero, Argoños, Arnuero, Bárcena de Cicero, Bareyo, Colindres, Escalante, Hazas de Cesto, Laredo, Limpias, Meruelo, Noja, Rasines, Santoña, Solórzano y Voto, entre otros.
También se han definido zonas de “especial vigilancia”, entre las que figuran El Astillero, Camargo, Comillas, Marina de Cudeyo, Reinosa, Ribamontán al Mar, San Vicente de la Barquera, Santander y Val de San Vicente.
La Consejería ha solicitado la colaboración ciudadana para notificar al 112 o a la guardería de Montes cualquier hallazgo de aves muertas o moribundas, recordando la importancia de no establecer contacto directo con los animales.
Asimismo, el protocolo y las medidas de prevención han sido difundidos entre las Oficinas Comarcales y el Colegio Oficial de Veterinarios para reforzar la información al sector.
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