La Unió Llauradora ha reclamado a la Conselleria de Agricultura la puesta en marcha de un plan de reconversión citrícola que permita afrontar el envejecimiento de las plantaciones en la Comunitat Valenciana. La organización considera prioritario implantar las variedades comerciales más demandadas, introducir nuevos patrones del IVIA más resistentes a la sequía y adaptados al cambio climático, así como eliminar los problemas de polinización cruzada (pinyolà), que lastran la comercialización de fruta sin semillas.
La propuesta de La Unió, planteada como enmienda en les Corts, contemplaba una dotación de al menos 2 M€ para este año con el fin de garantizar la viabilidad del sector citrícola y su adaptación a las exigencias del mercado. Sin embargo, la enmienda no fue aceptada. Finalmente, PP y Vox acordaron incluir una partida de solo 300.000 € destinada a subvencionar el cambio varietal en el presupuesto de la Conselleria de Agricultura para 2025, cantidad que la organización agraria califica de insuficiente.
Reducción de producción y superficie
El sector citrícola valenciano ha experimentado una pérdida continuada en las últimas décadas. En 2000 la producción alcanzaba 3,6 M t, mientras que hace diez años descendió a 3,1 M t y en la última campaña apenas llegó a 2,7 M t, lo que supone una reducción de más del 23% en 25 años.
La superficie también se ha visto afectada. En 2024 era de 153.623 ha, frente a las 191.551 ha registradas en el año 2000, lo que significa la pérdida de casi 38.000 ha (un 19,8%). Además, alrededor del 35% de la superficie actual supera los 25 años de antigüedad, lo que refuerza la necesidad de impulsar un plan de reconversión.
El número de plantones vendidos en los últimos años refleja este estancamiento: más del 70% se destinan a reposición de árboles viejos o a cambios varietales, pero no a nuevas plantaciones.
Causas del retroceso
Entre las principales causas del declive del sector citrícola, La Unió señala la baja rentabilidad, ya que los precios percibidos no cubren los costes de producción, que han aumentado de forma significativa. A ello se suma la proliferación de plagas que requieren más control, el envejecimiento de los árboles y la falta de renovación varietal. También influye la avanzada edad de muchos productores, que dificulta el relevo generacional.
Otro de los problemas destacados es la persistencia de variedades obsoletas que generan fruta con semillas por polinización cruzada, lo que afecta a su aceptación comercial, dado que los consumidores demandan cítricos sin semillas. La organización considera esencial resolver de manera definitiva el problema de la pinyolà mediante la sustitución de variedades polinizadoras.
Compromisos previos
La Unió recuerda que esta medida se enmarca en el acuerdo del 25 de febrero entre la Conselleria de Agricultura, las organizaciones agrarias y las cooperativas, en el que se estableció que las plantaciones con variedades que provocan polinización cruzada podrán acogerse a una línea de reconversión varietal específica en 2025 y 2026.
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