Los Parlamentos Nacionales de países como Dinamarca, Polonia, Italia, Francia, Países Bajos y España han tomado iniciativas para exigir a la Comisión Europea mayor concreción y compromiso en el desarrollo de una legislación efectiva sobre bienestar animal, según señala la Asociación Nacional para la Defensa de los Animales (ANDA).

La Comisión Europea trabaja en normativas relacionadas con el bienestar durante el transporte y la trazabilidad en el movimiento comercial de animales de compañía. Sin embargo otros expedientes prometidos desde 2023 permanecen en un limbo legislativo. Entre estos destacan la reforma sobre el uso de jaulas en ganadería, la protección de animales en mataderos y la creación de un sistema de etiquetado para identificar las condiciones de bienestar animal en la producción. La falta de avances concretos y los plazos ambiguos han generado descontento entre las asociaciones implicadas.

La iniciativa «Fin de Jaulas», respaldada por más de un millón de firmas recogidas a través de una Iniciativa Ciudadana Europea, exige el fin del confinamiento en jaulas de millones de animales en granjas europeas. ANDA critica que a pesar del compromiso inicial de la Comisión, han pasado más de cuatro años sin avances significativos, lo que ha sido calificado por la organización como una «falta de respeto a los ciudadanos europeos».

Sistema de etiquetado

ANDA insiste en que la futura normativa de bienestar animal debe estar acompañada de un sistema de etiquetado que permita a los consumidores identificar producciones basadas en modelos sostenibles y éticos. Este etiquetado, según la organización debería diferenciar entre producciones intensivas industriales y aquellas de carácter familiar o extensivo, que no solo promueven el bienestar animal, sino que también contribuyen a la sostenibilidad medioambiental y el mantenimiento de las comunidades rurales.

Además, se alerta del riesgo de que la legislación de bienestar animal pueda ser utilizada como una herramienta de «lavado verde» por las grandes producciones intensivas, en detrimento de las pequeñas y medianas explotaciones que son esenciales para el equilibrio rural y ecológico.