El Departamento de Acción Climática de Cataluña tiene en marcha una actuación sobre el hábito en cuanto a puntos de alimentación de los corzos que consiste en identificar una serie de parcelas estratégicas y sembrarlas con una mezcla de esparceta y cebada para atraer a los corzos y alejarlos de la viña. Se trata de una prueba piloto que se ha realizado en tres parcelas de media hectárea cada una en la zona del Alt Camp con la colaboración entre la Agrupación de Defensa Vegetal del Pla de Manlleu y la Sociedad de Cazadores «Los Compañeros del Pla de Manlleu». En estas parcelas donde se ha plantado la esparceta, se han instalado cámaras de fototrampeo y se ha podido comprobar que estos campos sembrados con esparceta atraen mucho a los corzos.
La modificación de hábitos es una medida más de las que el Departamento promueve para estabilizar las poblaciones de corzo desde el año 2018 en el Priorat y después, en el marco del Plan estratégico de prevención de daños y control sanitario de especies cinegéticas 2025 , se sumaron las comarcas de la Conca de Barberà, el Alt Camp y el Baix Penedès con orografía y problemáticas similares derivadas de las densidades de ejemplares.
Todas las acciones sumadas, que incluyen, entre otros, el ensayo de repelente en los viñedos, la ampliación de la temporada de caza del corzo y la coordinación entre los diferentes agentes para mejorar la eficiencia de las capturas, han hecho que las poblaciones de corzo se estén estabilizando. En consecuencia, se ha conseguido frenar los daños que originan los corzos a la agricultura en general y al viñedo de forma más específica.
De hecho, en 2023, el Departamento autorizó 40 actuaciones por daños de corzo fuera de su temporada de caza en los cultivos que permitieron la captura de 396 ejemplares. Este año, los daños han sido insignificantes porque en estos momentos el viñedo ya está crecido y el estadio sensible y de riesgo es cuando brota el viñedo.
Los censos realizados durante febrero y marzo de este año en un total de 162 km de recorridos por las comarcas del Priorat, la Conca de Barberà, el Alt Camp y el Baix Penedès registran una media de 2,5 corzos por km 2 . En algunas zonas como el Priorat, la densidad sería entre 0,5 y 1 corzo, y la más alta se situaría en la zona de la Conca de Barberà en una zona de cereal con 6 corzos por km 2 . El daño que el corzo causa a los cereales es relativamente más asumible y menos preocupante que cuando afecta a la viña, donde los daños son más relevantes.
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