Danish Crown, el principal matadero de Dinamarca, se encuentra en crisis. Primero fue el Covid y el crecimiento de la producción china de cerdos, que pusieron fin abruptamente a las ventas a China. Luego, la invasión rusa a Ucrania, que disparó la inflación. El resultado ha sido unos consumidores reacios a comprar y unas bajas exportaciones a los atractivos mercados fuera de Europa. 

En consecuencia, la cooperativa Danish Crown ha decidido reducir costes y recortar procesos y funciones.  Entre otras medidas, se prevé una simplificación de la estructura del grupo, donde, por ejemplo, las instalaciones fuera de Dinamarca se fusionen o cierren.

Danish Crown ya ha anunciado que se van a eliminar un total de 150 puestos administrativos, de los cuales se espera que alrededor de 100 estén en Dinamarca.

El primer paso en este proceso de reestructuración se dio hace unas semanas con el anuncio del cierre de la planta que Danish Crown tiene en Boizenburg, al este de Hamburgo (Alemania) donde trabajan 200 empleados. El próximo paso será una reducción de la capacidad de sacrificio en el matadero Danish Crown en Essen, al suroeste de Bremen (Alemania). De aquí al 1 de mayo, se sacrificará hasta un 40% menos que antes, después de lo cual, se determinará la capacidad futura.