De acuerdo con el censo de junio de 2022, publicado por el Departamento de Asuntos Rurales del Reino Unido (DEFRA), la cabaña porcina en Inglaterra se ha reducido en un 17% en comparación con el censo de junio de 2021, es decir, en tan solo un año, han desaparecido 50.000 cerdas.

Esta tendencia en los censos es prueba del ánimo que tienen los ganaderos. Según la sectorial de porcino del Reino Unido, hay una tristeza general en la mayoría de los productores. Muchos están nerviosos y ansiosos, preguntándose si hay futuro en la industria.

Hay preocupación por el aumento del precio del CO2, que aunque es un coste que tienen que soportar los procesadores, los ganaderos están alarmados en cómo podría transmitirse este aumento de coste, a lo largo de la cadena de suministro, hasta ellos.

Además, los productores se quejan de que aunque ha habido una buena cosecha y hay mucha paja, ésta es muy quebradiza y seca. También de los elevados precios de los piensos, como consecuencia de las elevadas cotizaciones de los cereales y la soja. La apertura del pasillo seguro por el mar negro, que ha permitido que se reinicien los envíos desde Ucrania, ha mejorado algo la situación.