En la reunión de hoy sobre seguros agrarios, en la que participa Enesa, Agroseguro, comunidades autónomas, organizaciones agrarias y cooperativas, UPA-UCE Extremadura va a reclamar que el seguro de sequía en pastos refleje la realidad que vive el campo extremeño ante “un panorama desolador” por la fuerte sequía. “La contratación de las pólizas ha caído en torno al 30% tanto en Extremadura, que somos la primera comunidad aseguradora, como a nivel nacional, lo que nos indica que el seguro no está cumpliendo las expectativas”, señala el secretario de ganadería de UPA-UCE, Antonio Prieto.
Además, la organización agraria continua reclamando peritaciones zonales sin subir el coste de la prima, así como que se tengan en consideración las precipitaciones y las temperaturas en las diferentes comarcas que contempla dicho seguro.
Plan de choque por la sequía
La pasada semana, en la reunión mantenida con la consejera extremeña de Agricultura, Begoña García Bernal, a quien ha reclamado un plan de choque urgente por la fuerte sequía. Han propuesto una serie de medidas como ayudas directas para los regantes afectados que tengan reducciones de agua superiores al 50%; que se garantice el cobro de las ayudas correspondientes de la PAC sin penalizaciones; medidas fiscales; moratoria de dos años para los préstamos oficiales a los que estén acogidos los agricultores afectados; exención de la tarifa de utilización de agua y del canon de regulación y exención de las cuotas a la Seguridad Social, entre otras, señala el secretario de agricultura de UPA-UCE, José Cruz.
Además, piden al ministerio de Transición Ecológica que publique, con la mayor brevedad posible, un Real Decreto Ley de Sequía para las zonas regables de Extremadura. En esta línea, desde UPA-UCE insisten en la necesidad de convocar la mesa de la sequía con carácter urgente para poder evaluar esta situación.
Presas en situación de emergencia
Desde UPA-UCE Extremadura destacan que cinco presas de la cuenca del Guadiana están en situación de emergencia, cuatro de ellas en alerta. Por su parte, los embalses extremeños se sitúan por debajo del 39% de su capacidad, lo que supone 20 puntos menos que la media de la última década. Por comunidades de regantes, la del Canal de Orellana es la que cuenta con menos agua disponible para poder regar en la próxima campaña.
“Más de 10.000 explotaciones de la región podrían quedar abocadas a una ruina absoluta. Además, a esto se suma todo el entramado de industrias elaboradoras y transformadoras de producciones como el tomate, el arroz o la fruta que, en el caso de no poder regar, tampoco tendrán producto para elaborar», lamenta Cruz.
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