“Seguridad alimentaria y calidad ya eran, antes de la pandemia provocada por el COVID-19 algunas de las principales demandas de los mercados internacionales, pero durante estos meses se han convertido en las prioritarias”, según ha destacado Daniel de Miguel, director de Internacional de la Interprofesional del Porcino de Capa Blanca (INTERPORC). La carne y los productos del cerdo de capa blanca “ofrecen ambas garantías por lo que las exportaciones de estos productos han seguido creciendo de manera sostenible a nivel global”.

El buen momento de las exportaciones a pesar de la coyuntura, “evidencia la confianza que generan los productos de porcino procedentes de España y la buena estructura comercial de las empresas, a las que reconocen como proveedores capaces de abastecer sus necesidades y de adaptarse a las demandas de los consumidores de los más de 130 países en los que estamos presentes”.

En lo que se refiere a seguridad alimentaria, De Miguel ha destacado que el sector porcino español trabaja de forma intensa a lo largo de todo el proceso para garantizar alimentos sanos y seguros. En ese punto, ha incidido en la importancia de las medidas de bioseguridad en las granjas y ha asegurado que en España “hacemos un gran trabajo”.

En este punto, ha detallado que “contamos con un Plan de Vigilancia Sanitaria Serológica y un Plan Estratégico Nacional de Bioseguridad en granjas de porcino que se actualiza cada día y que es esencial para prevenir la entrada de cualquier patógeno en nuestras granjas”.

El director Internacional de INTERPORC ha asegurado “que el nivel de bioseguridad de nuestras granjas es muy alto, de ahí que el estatus sanitario de nuestra cabaña ganadera sea excelente”. A ello, ha añadido, “han contribuido no sólo a las importantes inversiones realizadas en los últimos años por el sector porcino sino también a su alto grado de concienciación y formación en esta materia”.