Para la campaña 2018-2019, todas las previsiones hacen presagiar una buena cosecha en España, que compensará en parte la caída en la producción del resto de países productores, especialmente acusada en Italia, Grecia y Túnez. A pesar de esto, las primeras estimaciones coinciden en señalar que habrá una menor producción a la de la pasada campaña a nivel mundial, de acuerdo con la valoración de Rafael Sánchez de Puerta, presidente del sector de Aceite de Oliva de Cooperativas Agro-alimentarias de España.

Se estiman unas existencias para final de campaña en torno a las 375.000 t., un volumen necesario para cubrir las necesidades de aceite hasta la próxima campaña.

Según los últimos datos correspondientes a las declaraciones mensuales que los operadores del sector oleícola realizan a la Agencia de Información y Control Alimentarios, (AICA), se constata que, en agosto, mes que tradicionalmente se caracteriza por una disminución de operaciones, se ha mantenido un ritmo de salidas muy positivo. De hecho, se podrían haber puesto en el mercado alrededor de 105.000 t., considerando unas importaciones de 10.000 t., lo que representaría la tercera cifra más alta para un mes de agosto de las últimas 6 campañas.

Estos datos vienen precedidos de un mes de julio que ha registrado la mejor cifra de campaña ya que, según las estimaciones de la AICA, en ese mes se habrían exportado 96.000 t. y destinado al consumo interno unas 36.500 t., es decir, se habrían superado las 132.000 t. de salidas al mercado.

A falta de un solo mes para que concluya esta atípica campaña en la que en España se han producido alrededor de 1.255.000 t., todo parece indicar que alcanzaremos un volumen de exportaciones cercano a las 900.000 t., gracias al buen comportamiento de éstas durante los últimos meses. En cuanto al mercado interior, los datos confirman que nos situaremos una campaña más por debajo de las 500.000 t., si bien en los últimos meses también se observa un aumento en el volumen de aceite comercializado en España.